El entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, durante el entrenamiento realizado en la Ciudad Deportiva de Majadahonda donde el equipo prepara el partido de Liga de Campeones que les enfrenta al Inter de Milan mañana en Milán. | Atlético de Madrid

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Coincidentes en estructura, características e idea, el Atlético de Madrid se enfrenta este martes (21:00) al Inter, Lautaro Martínez y sus propias decepciones como visitante, en partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones en San Siro, el mismo lugar donde perdió su última final en 2016 y lo somete ahora a una imponente prueba de fuego.

El alto riesgo es evidente en un duelo de tanta dimensión, preparado ya por Diego Simeone hasta el mínimo detalle, con un ejercicio exhaustivo que completó este lunes sobre el césped del campo de entrenamiento de la Ciudad Deportiva de Majadahonda para manejar cada lance, cada circunstancia, cada salida de balón, cada presión, en el choque del martes.

El Inter es, sencillamente, el mejor equipo de Italia. Es el líder absoluto de la Serie A con nueve puntos de ventaja y un partido menos que la 'Juve', su perseguidor; y ya levantó hace unas semanas el primer título del año, una Supercopa italiana en la que hizo valer su papel de favorito.

Liderados por el argentino Lautaro Martínez, capitán y máximo goleador de los 'nerazzurri', con 23 tantos esta campaña, los interistas son un proyecto consolidado que quiere ser candidato a todo. Quiere volver a reinar en Italia con la que sería la consecución de su vigésimo 'Scudetto', que bordaría la segunda estrella en su escudo; y a levantar la 'Champions', un objetivo que persigue desde 2010, cuando rubricó el triplete con Mourinho.

Está preparado el Atlético, capacitado para ganar a cualquiera en cualquier sitio, por más que sus contrastes enfrenten a un equipo muy potente en el Cívitas Metropolitano, el sitio donde se resolverá la eliminatoria, con una sola derrota en sus últimos 30 encuentros oficiales, de los que ganó 27, con otro más que incierto, menor por momentos, de visitante.

Los números son descriptivos: el Atlético sólo ha ganado seis de sus últimos veinte encuentros lejos del estadio Metropolitano, con ocho derrotas y seis empates, entre todas las competiciones; o nada más nueve de los últimos treinta desplazamientos en la Liga de Campeones. En eliminatorias de Champions, venció tres de los 13 recientes fuera de casa.

Ganador tan solo de dos de sus últimos siete partidos contra oponentes italianos y eliminado en dos de sus últimas cuatro participaciones en los octavos de final de la Liga de Campeones, ni siquiera esos datos tan irreconocibles en el pasado en el equipo de Simeone relegan al Atlético a una posición dañina en su enfrentamiento de este martes con el Inter.

Sea cual sea la perspectiva, su nivel está fuera de toda duda, reconfortado con el 5-0 con el que desbordó y se reafirmó contra Las Palmas este mismo sábado, con una presión inaguantable para su rival y con Marcos Llorente como delantero; el mismo puesto al que apunta este martes, con la suplencia de Memphis Depay, sobre todo, porque Álvaro Morata ha entrado en la convocatoria, pero está recién restablecido de un esguince en la rodilla.

La otra novedad más llamativa que se plantea Simeone es la posición de Reinildo Mandava como carrilero izquierdo, en detrimento de Samuel Lino. También elegirá previsiblemente a Saúl Ñíguez para el interior zurdo en lugar de Pablo Barrios. Queda una única incógnita aparentemente en el once: Axel Witsel, más probable, o Stefan Savic como central derecho.

La base del once se sostendrá en el resto de demarcaciones, con el regreso a la titularidad de Antoine Griezmann. Goleador cinco veces en esta edición de la Liga de Campeones (igual que Morata) llega descansado, sin un solo minuto en el duelo del pasado sábado ante Las Palmas y sin un solo partido desde hace nueve días contra el Sevilla. Lo necesita el Atlético, invicto en esta edición de la Champions, en la que el equipo ha marcado ya 17 tantos.

También vuelven Mario Hermoso, como central zurdo, y Rodrigo de Paul, como interior derecho, mientras se mantienen José María Giménez, en el medio de la defensa; Nahuel Molina como carrilero derecho; Koke Resurrección como medio centro y Jan Oblak en la portería para el asalto a San Siro, donde son baja Thomas Lemar y César Azpilicueta.

En su rival, el bloque de Simone Inzaghi, que en esta temporada solo tiene el borrón de la inesperada eliminación de la Copa Italia ante el Bolonia, la revelación del campeonato, llega al duelo continental también con un goleada, la que le endosó con extrema facilidad al Salernitana (4-0), colista de una Serie A en la que solo ha perdido un partido.

Al duelo en San Siro llega solo mermado por la baja del italiano Francesco Acerbi, que dejará su hueco por unas molestias en su gemelo al neerlandés Stefan de Vrij, quien formará en el centro de la zaga con el galo Benjamin Pavard y el italiano Alessandro Bastoni.

El resto de la alineación será la habitual con el peligroso Federico Dimarco por el carril izquierdo; con el habitual centro del campo formado por el italiano Nicolo Barella, el turco Hakan Calhanoglu y el armenio Henrik Mhkitaryan; y arriba la inseparable dupla formada por Lautaro y el francés Marcus Thuram, un peligro constante.

Eso sí, en uno de los momentos más importantes de la temporada, San Siro no podrá arropar a los suyos con un tifo en la grada 'ultra', la encargada de organizar las coreografías, sancionada por los altercados registrados con la policía italiana en el partido ante el Juventus de hace unas semanas.