El organismo ha declinado los argumentos del club palmesano respecto al castigo que le fue impuesto el pasado miércoles, por lo que se mantendrá el cierre de los campos para los partidos de la categoría en la que militan los dos equipos.
Además de la clausura, cabe destacar que también se mantiene la sanción impuesta por el Comité de Competición a los cuatro futbolistas de cada equipo que realizaron provocaciones al público o bien directamente participaron de las agresiones que se produjeron sobre el propio campo de fútbol.
Según recoge el acta del mencionado encuentro, un jugador del conjunto visitante fue expulsado «durante la celebración del gol de su equipo, por entrar al terreno de juego, cruzando todo el campo y encarándose con la grada levantando los brazos en señal de provocación y llevándose las manos a sus genitales». Añade, a su vez, que «en el minuto 90 del partido, durante la celebración del gol del AD Penya Arrabal, los jugadores del banquillo con dorsal número 6, 15 y 14 entraron en el terreno de juego, cruzando todo el campo. Todo esto creó una trifulca entre jugadores de ambos equipo y público, llegando a los puñetazos y patadas. No pudiendo identificar que jugadores golpearon ni fueron golpeados debido a la cantidad de gente en el terreno de juego. Teniendo que finalizar el partido».
Los clubes han dado un paso al frente asumiendo responsabilidades y condenando la violencia poniéndose a disposición de los organismos competentes. De hecho la sanción del Comité de Competición se produce después de un visionado del encuentro que fue posible al ceder el vídeo la Penya Arrabal, que desde un primer momento apartó al futbolista que celebró el gol en el último minuto mofándose de la grada rival.
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Esto no es deporte. Me siento avergonzado de personas como las que protagonizaron los hechos que se relatan. Dejé de ir al fútbol infantil y juvenil por culpa de estos espectáculos denigrantes y provocados por los propios familiares de los jugadores.