Mariana Salinas, durante una de sus sesiones. | Cortesía de Sadhana Works

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En un mundo en que el que estamos constantemente expuestos una cantidad sobresaliente de información, es importante considerar el espacio de introspección personal como un antídoto a la sobrecarga de estimulo exterior. Considerando también que en su mayoría las noticias que escuchamos son bastante desalentadoras. Un mundo que cada vez acelera más, nos exige más y nos sentimos con menos capacidades y herramientas para responder a sus demandas. No es de extrañar que la pandemia que actualmente atravesamos, sea una pandemia de salud mental: depresión, ansiedad, miedo, inseguridad.

Es increíblemente demandante para nuestro sistema nervioso poder procesar conscientemente los muchos estímulos que recibimos al día. No estamos preparados para lidiar con esta carga exagerada de información, sin sobrecargar nuestro subconsciente y someter a una inmensa presión a nuestro sistema nervioso. No es de extrañar, insisto, que estemos todos con un altísimo grado de estrés, muchas veces, sin encontrar una razón evidente para ello.

En solo media hora, si navegamos redes sociales o el espacio de internet, pasaremos de las noticias más catastróficas y dolorosas a las imágenes más banales. De la devastación a una crema anti celulitis. ¿De verdad crees que tu inconsciente integra esta información disonante de manera coherente? El hambre, la deforestación, las guerras, los espectáculos, los cotilleos del corazón, recetas de cocina y cómo perder peso.

Todo esto aunado a la demanda de nuestra propia vida cotidiana: la familias, las cuentas por pagar, el trabajo, los horarios que nunca alcanza, las criaturas, el amor y desamor, las resacas, los compromisos, las pérdidas y, no puede faltar, la relación que tenemos con nosotros mismos.

Y ¿cómo gestionamos todo esto?

En el panorama actual es imposible no sentir un grado de frustración constante. En un mayor o menor grado, todos sentimos que sin importar cuánto hacemos, de lo que sea que hagamos, nunca es suficiente; ni para solucionar las guerras, ni frenar el cambio climático, ni adelgazar los kilos, ni ganar lo suficiente para recorrer el mundo en todos esos hoteles de lujo, ni terminar con el hambre, ni tener la piel perfecta, …. Todo, simplemente todo, es demasiado.

Esto ha generado un síntoma en nuestras sociedades reconocido como «depresión fría» caracterizada por un estado de ánimo en el que sin saber por qué simplemente nos sentimos abrumados, sobrepasados y con una enorme sensación de impotencia frente al cambiante y demandante mundo en el que vivimos.

Desde esta emergencia y con el objetivo de aportar un espacio de pausa e introspección nace 'Laboratorio de Consciencia'. Un espacio con un ritmo íntimo y auténtico en el que busco invitarte a ser parte de una exploración personal. Girar la mirada de los acontecimientos externos al ritmo más pausado e igualmente infinito del interior. Frente a la vorágine del ruido y el exceso de información, siempre nos queda la pausa, el silencio, la introspección. Y ahí está el sentido trascendental de nuestra vida y sólo desde ahí, desde esa conexión sólida contigo, quizá podemos generar pequeños cambios con grandes impactos en nuestra salud y en las personas que están a nuestro alrededor.

La vida es un paseo muy corto, muy muy corto, y a veces hace falta recordar que el viaje más interesante e infinito, es el viaje que emprendemos al interior de nosotros mismos.

Esta es una invitación a que juntos hagamos este camino de mirar hacia a dentro y encontrar en nosotros las respuestas que incesantemente queremos encontrar en el estridente mundo exterior.