Imagen de recurso. | Chokniti Khongchum

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Las células inmunitarias excesivamente activas suelen estar detrás de los daños pulmonares en enfermedades como la COVID-19. Investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania) han desarrollado un agente de ARN para un aerosol pulmonar que frena la actividad de estas células, conocidas como macrófagos. En su investigación, publicada en la revista científica 'Nature Communications', han desarrollado un principio activo a base de ARN denominado RCS-21 para prevenir la inflamación pulmonar grave y la fibrosis, es decir, la cicatrización del tejido pulmonar, por ejemplo en las infecciones por SARS-CoV-2. En la célula, RCS-21 detiene la actividad de la molécula microARN 21.

Este ácido nucleico, que este equipo de investigadores lleva mucho tiempo investigando, es uno de los desencadenantes de la actividad excesiva de los macrófagos en las infecciones pulmonares graves. El equipo describe ahora cómo el principio activo RCS-21 llega a su diana de forma especialmente eficaz a través de un inhalador. Para ello, los investigadores aprovecharon una característica especial de los macrófagos. Estas células carroñeras también están presentes en gran número en el pulmón sano. Allí realizan la importante tarea de destruir bacterias y esporas de hongos lo más rápidamente posible. Los macrófagos identifican sus objetivos basándose, entre otras cosas, en complejas moléculas de azúcar en la superficie de los invasores.

«Hemos determinado en análisis de células individuales que los receptores de azúcar correspondientes se encuentran, por un lado, entre los receptores más comunes de los macrófagos. Por otro lado, los receptores son, en cierto sentido, una característica única de los macrófagos: apenas se dan en ningún otro lugar», ha explicado Stefan Engelhardt, uno de los líderes de la investigación. Por eso el equipo acopló su principio activo a una molécula de azúcar, o más exactamente: a la trimanosa. Hasta ahora, este método sólo se había utilizado con principios activos químicamente menos complejos. Los estudios con ratones arrojaron resultados claros. «Cuando el fármaco se administraba en forma de aerosol, los macrófagos captaban el principio activo significativamente mejor que sin moléculas de azúcar. En cambio, otros tipos celulares incluso excluyeron de plano las moléculas», ha detallado Christina Beck, primera autora del artículo. En experimentos con ratones, el RCS-21 consiguió que el microARN 21 se redujera a más de la mitad en comparación con los animales de control. La fibrosis y la inflamación también se redujeron significativamente tras el tratamiento. El aumento de la actividad del microARN-21 también se detuvo mediante el tratamiento con RCS-21 en muestras de tejido pulmonar humano infectado con el coronavirus SARS-CoV-2 en el laboratorio.