El dolor crónico hace la vida imposible a muchas personas. | Freepik

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El dolor crónico forma parte de la vida de muchas personas, para las que el día a día se ha convertido en una cadena de obstáculos y en muchas ocasiones tienen la sensación de que llegan a ser insalvables.

«Una de cada seis personas padece este trastorno que en muchas ocasiones puede ir ligado a problemas de movilidad, lo que origina limitaciones y dificultades en su día a día», precisa la coach personal y de salud, Marga Almarcha.

«Los datos son cuanto menos significativos cuando tenemos en cuenta que las consultas a nivel de Atención Primaria que refieren dolor, representa el 50 % de las mismas. Considerando que la primera toma de contacto por parte del paciente con dolor es su médico de cabecera, es importante poner énfasis en la primera valoración que se haga sobre el origen del mismo y, sobre todo, si son personas que lo llevan sufriendo por un largo período de tiempo en silencio», añade.

Almarcha argumenta que «padecer dolor en momentos puntuales es normal, ahora bien, cuando se alarga en el tiempo y, a pesar de medicarse, no encuentras alivio hay que empezar a preocuparse y a preguntarse si estamos ante este tipo de trastorno, ya que el dolor en sí nos está poniendo sobre la pista de que algo en nuestro cuerpo no está funcionando correctamente».

¿Qué causa el dolor crónico?

«Este tipo de dolor puede estar causado por un traumatismo, una herida, una infección o derivarse de una enfermedad anterior, como por ejemplo problemas de espalda, cáncer, migraña o dolor de cabeza, artritis, fibromialgia, daño en los nervios… Esto nos pone de relieve que ambas van de la mano. Por un lado, la enfermedad que la originó y, por otro, la enfermedad de dolor. En muchas ocasiones la enfermedad originaria o principal puede verse controlada o curada y, en cambio, que el dolor continúe en el tiempo. Y, en otros casos como la artritis, se enfoca más en tratar el dolor para poder darle una mayor calidad de vida al paciente», explica.

Almarcha señala que «sea como fuere, el dolor crónico por sus características es muy complejo de cara al paciente y en muchas ocasiones provoca problemas físicos y psicológicos. En este caso nos encontramos con la barrera de los recursos personales que tenga cada paciente, lo que le va a condicionar muy mucho su posible tratamiento para paliar estos dolores».

Consejos para mitigar los efectos del dolor

«Convivir con el dolor crónico no es tarea fácil, pero sí lo es implementar estos consejos en tu día a día como forma de mitigar los efectos», anima.

- Meditación. «La capacidad que tiene la meditación como vehículo para reducir el estrés es de sobra conocido, por lo que el primer consejo iría relacionado a la práctica de la meditación para reducir el estrés que produce convivir con el dolor, al mismo que se produce una mejora del sistema inmunológico del paciente».

- Ejercicio físico. «Otra forma de manejar el estrés es el ejercicio físico. Adapta la práctica a lo que puedas hacer intentando cada día hacer algo más. Con ello ayudarás a fortalecer tus músculos».

- Alimentación. «Otro pilar importante es la forma en la que tienes de alimentarte. Cambia tus hábitos, si no lo has hecho ya, hacia unos más saludables donde estén muy presentes las verduras y las frutas, así como también, cereales integrales, frutos secos, pescado…huye de alimentos grasos, procesados y ricos en azúcar».

- No beber ni fumar. «Destierra de tu vida el alcohol y el tabaco. Su consumo está asociado a un desarrollo de enfermedades crónicas y a otros problemas de salud que pueden derivar en otro tipo de enfermedades».

- Cuidar la mente. «Tu mente es otro órgano que tienes que cuidar y más concretamente tus pensamientos. Mantener un discurso adecuado y saludable respecto a lo que estás viviendo te pondrá en la casilla de salida de buscar todas aquellas acciones que vayan encaminadas a mejorar tu día a día. Por eso es importante que huyas de mensajes negativos que te boicoteen y que te alejen de conseguir un posible bienestar dentro de las circunstancias que estás viviendo.

- Grupo de apoyo o ayuda. «Si crees que no puedes solo o sola, únete a un grupo de apoyo o ayuda. Este tipo de grupos son de gran utilidad ya que generan mucha confianza y sostén al estar pasando por lo mismo que tu».

- Fisioterapeuta. «Ponerte en manos de un fisioterapeuta te puede ayudar a mejorar la incomodidad que sobreviene por el dolor realizando movimientos de forma segura y funcional, consiguiendo así una mejora de la movilidad de esas zonas donde el dolor es acusante».

La coach expone que «seguir estos consejos puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero no podemos obviar que es una enfermedad que en muchas ocasiones se vive en silencio por no sentirse entendidos al ser una enfermedad invisible y que puede generar estragos ya que poco a poco puede ir mermando todas las parcelas de la vida del paciente, dando lugar a posibles problemas más graves como ansiedad o depresión».

Por ello, considera que «dar un altavoz a estas personas para que se puedan comunicar desde la tranquilidad de saber que son entendidas es necesario para hacer visible una enfermedad que la padecen muchos españoles y que no les deja disfrutar de ese bienestar al cual todos tenemos derecho solo por ser personas».