«La señorita Meg Eliot, tomaba panecillos con queso y con sardinas y un cuenco de sopa de tomate al mediodía, y charlaba sobre las clases de la mañana con las heterogéneas chicas de la señorita Corrigan. Las encontraba poco interesantes pero fáciles de tratar, cuando ella prefería leer un libro durante el almuerzo, nadie parecía ofenderse… Lo único que le molestaba de estudiar en Garsington era que la convivencia parecía aconsejar que viviera en la zona de Kensington… De modo que tomó la decisión de dejar la residencia y buscar el anonimato en un dormitorio-cuarto de estar, lo que sería un nuevo comienzo. Alquiló un dormitorio con salita en una vieja casa pseudoholandesa con una fachada color terracota en una plaza ajardinada cerca de la estación de Gloucester Road. Decidió que nunca utilizaría el gas excepto para hacerse el té o el huevo pasado por agua en el desayuno… Encontró cerca un restaurante italiano, algo anticuado, en el que cenaba todas las noches unos escalopes bien cocinados y un frito mixto…».
Angus Wilson, la estudiante Meg y unos escalopes con frito mixto
El escritor fue miembro de los servicios de espionaje británicos durante la segunda guerra mundial.
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