La paella, uno de los placeres que nunca deben faltar en la época veraniega. | Lydia E. Larrey

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Uno de los placeres que nunca deben faltar en la época veraniega es el de disfrutar de una buena paella, más si cabe si viene a continuación de un buen baño en el mar.

De marisco, mixta, ciega, negra o de senyoret las hay para todos los gustos, pero lo que nunca debe fallar es que el arroz esté en su punto óptimo de cocción: grano suelto, ni muy duro ni pasado, eso y si se consigue una ligera capa de socarraet -que no es lo mismo que conseguir que se queme el arroz- nos indicará la maestría del cocinero o cocinera.

Can Toni Moreno. Restaurante familiar que desde que abriera sus puertas en 1963 adquirió fama por sus arroces, tanto caldosos como secos o en paella que bien merecen la bajada hasta el del Port d’Es Canonge. Su secreto: el arroz bomba y materia prima fresca y de calidad. Es recomendable reservar.

Pella ciega de marisco en Can Toni Moreno

Va d’arròs. A pesar de no contar con la playa cerca ni vistas al mar, este restaurante de Santa Maria es un imprescindible cuando se desea disfrutar de una buena paella, todo gracias a la magia en los fogones del maestro arrocero Kike Martí, donde a la paella ciega de marisco se le suman opciones más creativas y de temporada, destacando la de sepia y gambas y la de sopes mallorquines, una más que sabrosa opción para para veganos.

Kike Martí, con una paella de sopes mallorquines.

El Bungalow. A la hora de recomendar paellas, no podía faltar el coqueto restaurante de Ciutat Jardí que cuenta con una extensa carta de arroces que van desde la paella mixta a un arroz negro pasando por una paella de bogavante. A tan solo unos minutos del centro de Palma, a los que habitan en la capital les permite organizarse un plan típico del fin de semana al salir de trabajar: un bañito rápido en la playa para refrescarse y a disfrutar de la paella. Recomendable reservar

Can Gavella. Ubicado en Ses Casetes des Capellans (Platges de Muro) y a pie de playa, es la opción perfecta para los que prefieren pasar el día sobre la arena y disfrutar de una paella sin tener que desplazarse. A diferencia de las anteriores, en su carta cuentan únicamente con las versiones más populares: mixta y de marisco. Eso sí, con un sabor único que consiguen usando condimentos muy conocidos por los mallorquines conocedores del arròs brut y que es muy apreciado por su fiel clientela.

Restaurant Cala Barques. Si estamos por la zona de Alcúdia, en Cala Sant Vicenç encontramos este restaurante donde podemos comernos nuestra paella sin perder de vista la sombrilla que hemos dejado en la arena esperando nuestro regreso.

Restaurante Cala Rotja. Su gran terraza y las magníficas vistas sobre el mar, son gran parte del atractivo de este establecimiento que abrió hace apenas dos años en Canyamel. Las paellas no ocupan un lugar preferente en su carta, pero la paella de marisco y la ciega de langosta y bogavante tienen su sitio y no decepcionan.

Paella de langosta y bogavante de Cala Rotja.

Can Xisco. A priori Son Ferrer puede sonar una recomendación algo extraña para disfrutar de una paella veraniega, pero este restaurante que únicamente sirve menú del día a la hora de comer, se merece aparecer en esta lista ya que los fines de semana incluye en las opciones de segundo plato la paella, eso sí mínimo para dos personas que verán llegar el arroz en la paellera como en restaurante a la carta y se sorprenderán de un grano y marisco sabrosos y en su punto de cocción, agradeciendo ingredientes de mercado como el cangrejo que tan buen sabor aporta.