Septiembre supone un periodo de cambios tanto dentro como fuera de la nevera. | Pexels - Ella Olsson

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El mes de septiembre trae cambios, tanto de estación, como de temperatura e incluso de vida. El comienzo del año escolar, es para muchos el nuevo enero. Aprovechar la vuelta a la rutina para incorporar hábitos saludables como comer más verdura es un buen propósito. Además, este cambio de mes marca el comienzo de un nuevo ciclo en el huerto. Esto significa que la cosecha tenga ricas frutas que podrás añadir en tu dieta. Afortunadamente, en España es fácil encontrar alimentos de temporada en el supermercado. Gracias a su alto contenido en fibra, las frutas contribuyen a tener una buena digestión, controlar el apetito y mantener unos niveles de azúcar en sangre estables.

Pese a que aún se encuentran disponibles las variedades típicas del verano, las frutas de otoño empiezan a aparecer en los puestos de los mercados. Lo mejor de este tipo de alimento es que no requiere preparación para su consumo. Con tan solo lavar su piel, la mayoría de frutas son idóneas para comer a cualquier hora del día. No obstante, se pueden añadir en todo tipo de elaboraciones, ya que aportarán un punto dulce y suave al plato.

La manzana es buena para reducir el colesterol, por su gran aporte de pectina.

Manzana

Existen más de 3.000 variedades conocidas de manzanas y en septiembre se encuentran en su punto de recolección. Se trata de la fruta del bienestar por excelencia. Entre sus propiedades, destaca su alto contenido en fibra soluble e insoluble. Además, son bajas en calorías y grasas, pero aportan mucha saciedad, lo que convierte a la manzana en el alimento perfecto para picar entre horas. Algunos estudios sugieren que su consumo habitual reduce el riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas. Desde desayunos hasta cenas, se pueden incluir en diferentes recetas de platos e incluso en salsas.

El kiwi tiene su origen en las regiones montañosas de China.

Kiwi

Originario de China, el kiwi es conocido por su excepcional fuente de vitamina C ya que 100 gramos de esta fruta cubren el 100 % de nuestras necesidades en esta propiedad, esencial para el sistema inmunológico, el cuidado de la piel y la producción de colágeno. Su sabor varía en función del color de su pulpa, los verdes tienen un toque más agridulce y los amarillos más dulce. Por la rugosidad de su piel, solo se consume el interior del fruto y sus semillas, las cuales regulan el tránsito intestinal.

Puedes incluir la piña en recetas de ensaladas, asados y pescados.

Piña

Esta deliciosa y tropical fruta destaca por su contenido en fibra y antioxidantes. La piña contiene una enzima llamada bromelina, que puede ayudar en la digestión de proteínas y reducir la inflamación. Además de sus beneficios para la salud, es una opción saludable que se puede disfrutar sola, en ensaladas, batidos, postres y platos salados, lo que la convierte en un ingrediente versátil en la cocina. Por su piel rugosa, puede resultar difícil de cortar, por lo que en muchos supermercados se puede encontrar a rodajas.

La calabaza es un vegetal característico de otoño.

Calabaza

Aunque generalmente se considera una verdura en la cocina, botánicamente la calabaza es una fruta, ya que proviene de una flor y contiene semillas. Además, tienen un sabor único y suave que hace que se incluyan en preparaciones tanto dulces como saladas. Las calabazas son bajas en calorías y ricas en fibra, lo que las convierte en una opción saludable para la dieta. También son una buena fuente de vitamina A, vitamina C y potasio. Se puede comer en preparaciones más elaboradas, pero también en cremas de verduras o simplemente asada.

¿Cuáles son las frutas de temporada de septiembre?
La ingesta habitual de las uvas mejora la salud ocular.

Uvas

Las uvas son un beneficioso fruto que produce un gran aporte de antioxidantes. Estos compuestos ayudan a proteger las células de los radicales libres, mantener una buena salud ocular y prevenir el envejecimiento prematuro de la piel. Además, contiene resveratrol, el cual, según algunos estudios, podría tener un efecto protector en el cerebro lo que reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Podemos incluir las uvas en combinaciones dulces, como bowls de yogur o en batidos, pero también en recetas saladas, como tostadas de queso o en cuscús con almendras.