El aumento de las temperaturas y la exposición prolongada al sol pueden llevar a un golpe de calor. | Europa Press

TW
1

El verano es una época esperada por muchos; sinónimo de sol, playa y descanso. Pero junto con los placenteros días estivales, también llegan una serie de riesgos que es crucial tener en cuenta para disfrutar de unas vacaciones sin sobresaltos. Las lesiones típicas del verano, aunque a menudo subestimadas, pueden resultar molestas y, en algunos casos, peligrosas. Veamos cuáles son las más frecuentes y cómo evitarlas.

Quemaduras solares

Probablemente la lesión más común de todas. Pasar largas horas bajo el sol sin la protección adecuada puede llevar a quemaduras dolorosas y peligrosas para la piel. Además de la incomodidad inmediata, la exposición prolongada al sol sin protección incrementa el riesgo de cáncer de piel. Siempre se debe aplicar un protector solar adecuado, reponiéndolo cada dos horas o después de bañarse.

Lesiones por deportes acuáticos

El verano invita a disfrutar de deportes en el agua, pero es crucial hacerlo de forma segura. Motos de agua, windsurfing o el esnórquel, si se practican sin las precauciones adecuadas, pueden causar desde contusiones hasta lesiones más graves. Usar el equipo adecuado y recibir formación previa son esenciales.

Cortes y heridas en los pies

Caminar descalzo es uno de los grandes placeres del verano, pero también puede ser causa de lesiones. Conchas, cristales, piedras afiladas o incluso animales marinos pueden causar cortes y heridas. Es recomendable usar calzado adecuado, sobre todo en playas desconocidas o en zonas rocosas.

Picaduras de insectos y medusas

Las picaduras de mosquitos, avispas o abejas son frecuentes en esta época. En la mayoría de los casos, producen molestias menores, pero hay personas alérgicas cuya reacción puede ser grave. Las picaduras de medusas, por otro lado, son dolorosas y pueden causar reacciones en la piel. Es fundamental informarse sobre la presencia de medusas antes de darse un baño en el mar y saber cómo actuar en caso de picadura.

Golpes de calor

El aumento de las temperaturas y la exposición prolongada al sol pueden llevar a un golpe de calor, que se manifiesta con síntomas como mareos, náuseas, piel caliente y seca, y confusión. Es vital mantenerse hidratado, evitar las horas de mayor insolación y descansar en lugares frescos.

En resumen, el verano es una época para disfrutar, pero también para ser conscientes de los riesgos asociados. Con precaución y sentido común, es posible vivir unas vacaciones llenas de diversión y, sobre todo, seguras. No olvides siempre estar informado, llevar un botiquín básico de primeros auxilios y, ante cualquier eventualidad, buscar atención médica de inmediato.