Una familia en la playa. | Pexels

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La llegada del verano trae consigo la promesa de días soleados, agua salada y la alegría inconfundible de los niños jugando en la arena. Sin embargo, es esencial ser cauteloso con los más pequeños y entender qué horas del día son las más seguras para llevarlos a la playa. Los expertos subrayan la importancia de evitar las horas centrales del día, especialmente para garantizar una protección adecuada contra la exposición intensa al sol.

El periodo entre las 11:00 y las 17:00 horas, caracterizado por una radiación solar más directa y temperaturas elevadas, es el que se debe evitar principalmente. Es en estas horas cuando el sol puede causar el mayor daño, aumentando el riesgo de quemaduras solares, golpes de calor y otros problemas relacionados con la exposición excesiva al sol. Más allá de las preocupaciones inmediatas de salud, esta exposición repetida y desprotegida durante estas horas pico puede incrementar el riesgo de problemas dermatológicos a largo plazo.

Las edades de los niños también influyen en la elección del momento idóneo para su visita playera. Por ejemplo, los bebés menores de seis meses deberían evitar completamente la exposición directa al sol. A medida que los niños crecen, su piel se vuelve más resistente, pero sigue siendo más vulnerable que la piel de los adultos. Por ello, independientemente de su edad, la recomendación general es aprovechar las primeras horas del día, cuando la intensidad del sol es más baja y las playas suelen estar menos concurridas.

Las mañanas en la playa, además de ser más frescas y seguras en términos de exposición solar, también ofrecen un ambiente más sereno y agradable para que los niños jueguen y disfruten. No sólo la exposición solar es menor, sino que la brisa matinal y el sonido suave de las olas crean un ambiente perfecto para la relajación y el juego tranquilo.

Es esencial recordar que, independientemente de la hora, siempre es crucial equipar a los niños con protección adecuada, como cremas solares de factor alto, sombreros, gafas de sol y ropa adecuada. También es vital mantenerlos hidratados y vigilar cualquier signo de malestar. En resumen, para garantizar un verano lleno de diversión y libre de preocupaciones en la playa con los niños, es recomendable optar por las primeras horas del día y estar siempre equipado con las precauciones necesarias. Siguiendo estas indicaciones, la playa puede convertirse en el escenario perfecto para crear recuerdos veraniegos inolvidables en familia.