La fruta baobab contiene un 50% más de calcio que las espinacas. | iStock - intek1

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Cada vez somos más conscientes de la importancia de cuidarnos, tanto por dentro como por fuera, el auge de la vida saludable ha dado a conocer nuevos alimentos. Es el caso del baobab, una fruta que da el árbol homónimo de origen africano. Este mismo aparece como un temerario personaje en cuento de Antoine de Saint-Exupéry El Principito, pero nada más lejos de la realidad, se trata de una especie muy longeva cuyo producto es utilizado como ingrediente secreto en salsas y bebidas energéticas.

Este superalimento contiene una elevada cantidad de calcio y magnesio, dos propiedades esenciales para el fortalecimiento de los huesos. En especial, se recomienda para dar elasticidad a la piel y ayuda en la pérdida de peso mejorando la salud cardiovascular. Como fuente de hierro, es idóneo para personas propensas a tener la tensión baja o con tendencia anémica. Su consumo estimula la circulación sanguínea, lo que reduce la formación de estrías y la inflamación. Asimismo, regula la presión arterial y previene el taponamiento de los vasos y otras enfermedades del corazón. Al contener una alta dosis de vitamina C, su aceite esencial se utiliza en cosméticos anti edad. Adicionalmente, cuenta con todas la vitaminas esenciales: A, B1, B2, B6, B4, C y E. A grandes rasgos, combaten la formación de moléculas asociadas al envejecimiento prematuro, a la vez que colaboran a la integración del colágeno.

La pulpa de baobab es la parte realmente nutricional y se consume en forma de polvo, una vez que se ha secado de forma natural. En Madagascar, se emplea para combatir problemas intestinales. El polvo de baobab puede comprarse en tiendas especializadas o online. Este se utiliza en recetas para cenas como platos con frutas, bowls de yogur, batidos, poke y ensaladas. Aunque, también, se puede encontrar como un ingrediente en yogures con muesli, bebidas y barritas. Su sabor recuerda ligeramente a la nuez. Sin embargo, se recomienda su consumo con moderación, ya que, aún no hay estudios sobre posibles efectos secundarios.