Al estar húmeda y con restos de suciedad, es caldo de cultivo para la aparición de bacterias y con ellas se une el mal olor. | Ketut Subiyanto

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El mantenimiento de una casa no sería posible sin las herramientas de limpieza del hogar. Mientras que hay algunos utensilios que no son imprescindibles, otros como la fregona, no pueden faltar en una vivienda. Aunque se suele pensar que la fregona se mantiene limpia al estar en contacto constante con agua y productos como detergentes, friegasuelos, lejía o amoniaco, es todo lo contrario. Al estar húmeda y con restos de suciedad, es caldo de cultivo para la aparición de bacterias y con ellas se une el mal olor. En este sentido, para evitar el hedor que deja por la casa solo hay que realizar tres pasos muy sencillos.

El primero de todos es llenar un cubo con abundante agua fría o tibia. Allí hay que añadir un poco de jabón neutro o lejía con detergente e introducir el mocho de la fregona. Con unos guantes frota con fuerza y aprovecha para quitar los pelos o restos de basura que hayan quedado adheridos. Después de frotar bien, enjuaga y escurre la fregona varias veces. En segundo lugar tira el agua sucia y vuelve a llenar el cubo de nuevo. En esta ocasión, añade dos tazas de vinagre de vino blanco y el zumo de tres limones. Pon el mocho dentro para eliminar el mal olor de la fregona y déjalo en remojo unas 2 o 3 horas.

Por último, pasado este tiempo, escurre el mocho para eliminar el exceso de agua y deja que se seque al aire y si es posible que le dé un poco el sol. El vinagre es un potente limpiador que, además, desinfecta y blanquea los tejidos. Esto, sumado al zumo de limón, es una mezcla muy potente para eliminar el mal olor de la fregona. Una vez que hayas realizado estos sencillos pasos el olor desagradable habrá desaparecido. Para que no te vuelva a ocurrir, recuerda que debes limpiar siempre el mocho de la fregona tras su uso.