Figuerola, en el obrador de s’Hort de Can Blai. Fotos: PEP CÓRCOLES | Pep Córcoles

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El obrador de s’Hort de Can Blai, de Inca, se convirtió en un laboratorio de investigación culinaria durante el confinamiento para, por pura necesidad, provocar la aparición de nuevos productos de esta finca explotada por Toni Carbonell y su madre, Maria Figuerola. Así, de la mano de esta última payesa, Can Blai elabora y comercializa actualmente mermeladas tan soprendentes como la de sobrassada mallorquina.

Maria explica que «durante el confinamiento, y a pesar de que los payeses podíamos trabajar y vender nuestros productos, se nos hizo difícil comerciar porque toda la hostelería estaba cerrada. Yo tuve que espabilar y buscar soluciones para evitar que una gran parte de nuestro valioso género se perdiera». Cabe indicar que la mayor parte de los ingresos que genera la finca provienen de la cría de cerdos y su posterior sacrificio para elaborar sobrassada artesanal. Sin embargo, también produce una gran cantidad de fruta, especialmente ciruelas, albaricoques, higos y hortaliza de temporada.

La payesa cuenta que ya «elaboraba mermeladas con las frutas de la finca, y no sólo la receta tradicional sino incluyendo variaciones como la de albaricoque con chocolate, por ejemplo». No obstante, aprovechar el excedente de sobrassada que se generó en 2020 fue el detonante para que la mente de Maria pensara en las posibilidades de aprovecharlo y darle un nuevo valor añadido al producto ya elaborado. «Comencé a probar diferentes recetas hasta llegar a la actual de la mermelada de sobrassada», indica.

La cara de Maria Figuerola se ilumina cuando dice que «la aceptación ha sido espectacular, tanto es así que ahora mismo sólo puedo elaborarla bajo pedido ya que se agota inmediatamente». El nuevo producto ha funcionado muy bien fuera de Mallorca siendo «Madrid, Barcelona, Sevilla y la vecina Menorca, los puntos donde mejor se está vendiendo», apunta.

Pero el éxito de Figuerola no ha provenido de una gran campaña de márketing sino del boca a boca. «Yo publiqué en Facebook e Instagram fotos y referencias de la mermelada y me empezaron a llegar peticiones. Casi todo lo que vendo es a particulares, aunque también algunas tiendas delicatessen de esos lugares me piden regularmente». La mermelada de sobrasada es «ideal para combinarla con platos de carne como el solomillo, pero también con ensaladas, asados y para hacer cocas. Además la he probado para elaborar bacalao y también ha sido exquisito», pormenoriza la autora de la receta que está afincada en Inca.

Junto a la novedosa mermelada, Maria elabora también otras muy originales como la de calabacín, pimiento picante, tomate y tomate picante. «Yo creo que los payeses debemos trabajar en elaborar nuestros productos para darles un valor añadido, y en este caso ha sido una vuelta más de tuerca, no conformarme con elaborar sobrasada y venderla sino que aún ha dado lugar a un nuevo producto», indica. Can Blai cría sus cerdos de forma extensiva y con una alimentación natural basada en los cereales, pasto y leguminosas.