Verger ha desarrollado desde su empresa multitud de productos basados en la algarroba, como la harina o el helado.

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Una de las personas que más sabe de las algarrobas es Juana María Verger, gerente de la firma Es Garrover de Mallorca. De la mano de su padre, Sebastià Verger, se introdujo hace unos años en el mundo de la algarroba y desde entonces ha intentado transmitir todos los beneficios de lo que no duda en llamar un ‘superalimento’: «De ser un fruto despreciado, que se veía solo para los cerdos, hemos pasado a considerarlo muy beneficioso para la salud». Su empresa, localizada en Llucmajor, tiene tres ramas diferenciadas, según la actividad. Por un lado está Productos Martín, dedicada a la industria de la algarroba.

Con una trayectoria que arrancó en 1945, la firma está especializada en la compra y venta del producto. Son intermediarios entre el payés y los consumidores a nivel industrial y en ese sentido tienen una visión privilegiada del mercado, que actualmente está en un periodo de alza: «Mucha gente está metiéndose en el cultivo de algarrobas. La xylella ha perjudicado mucho a explotaciones por ejemplo de almendros y han visto en los garrovers una buena alternativa», afirma. «El problema es que muchos de estos nuevos productores llegan desde el desconocimiento de un cultivo que hay que dominar en profundidad, tanto por sus variedades como peculiaridades, que influyen mucho en la producción».

Su experiencia familiar, recibida especialmente de su padre, Sebastià, recientemente desaparecido, ayuda mucho a Verger a desarrollar una actividad eficaz.

Otro aspecto de su relación es desde Es Garrover de Mallorca, una firma con la que hace difusión de todas las propiedades beneficiosas de la legumbre, que puede incluso competir directamente con el cacao, gracias a sus valores nutritivos y su escaso contenido en grasas. Desde esta firma realiza degustaciones y experiencias relacionadas, así como difunde la gran variedad de productos recogidos bajo la marca Johannis, como pueden ser la algarroba dulce untable, el café de algarroba, harinas e infusiones o incluso salsas y siropes.

Todos los productos de la algarroba «tienen en común ese bajo contenido en grasas y azúcares, lo que les convierte en grandes alimentos». Así, uno de sus productos estrella van a ser las barritas energéticas, que nacen con la intención de ser revolucionarias en esa línea de alimentos sanos a la vez que potentes. «Están especialmente dirigidas a los deportistas, ya que la algarroba tiene propiedades para combatir el cansancio, regular el sistema cardiovascular y fortalecer el sistema inmune».

«Tenemos también una serie de fincas experimentales donde ponemos a prueba nuevas variedades» afirma Verger. La gran experiencia familiar le ayuda a poner en primera línea de la modernidad un fruto despreciado en la antigüedad, pero que ahora puede ser un alimento del futuro.