Estas semanas se están realizando las última recogidas de los pimientos de 'tap de cortí’. | Gori Vicens

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La cosecha de pimientos de tap de cortí y de padrón está estas semanas en su punto más óptimo. Mientras que del pimentón ya se están haciendo las últimas recogidas, del de padrón, si el tiempo lo permite, se irá recogiendo hasta noviembre. Así lo explica Marc Vidal, socio de Agroilla, que cultiva estos productos entre Sant Joan y Petra. Del tap de cortí –explica– empezaron la cosecha el pasado día 20 y esperan poder hacer el remate éstos próximos días.

La recogida se hace totalmente manual –que es lo que encarece el precio final del producto– seleccionando que cada uno de los pimientos esté en su punto óptimo para ser recolectado. Se colocan en cajas y son trasladados a una empresa especializada en secarlos y molerlos para convertirlos en pebre bord molido, ingrediente esencial para la elaboración de matanzas y que se ha convertido en un producto muy usado en la cocina. «Es el primer año que lo sembramos, es más bien experimental; aunque a primera vista parece que habrá una buena producción, calculamos que recogeremos entre 1 y 1,5 kilos de pimiento fresco por planta, que es un muy bien rendimiento», explica Marc. En esta zona del Pla lo siembran a principios de abril y el ‘secreto’ para una buena producción es que tenga agua en cantidad.

La planta del pimiento de padrón es muy diferente a la del tap de cortí. La primera es alta, vigorosa, porque los pimientos se recogen siendo alevines y su producción es continua –no llega a madurar completamente el pimiento-, en cambio, la de tap de cortí al llegar hasta la plena maduración, con el esfuerzo de producir, la planta está más agotada.

Marc Vidal tiene su producción en una finca entre Sant Joan y Petra.

La planta del pimiento de de padrón «se siembra a principios del mes de marzo y la recogida empieza en abril. Los meses más álgidos para su recolección y consumo son en verano (junio, julio y agosto) al ser un producto asociado al ocio y al consumo estival», comenta Marc. Si no hay contratiempos, la previsión de esta temporada es recoger unos 7,5 kilos de pimientos por planta, una producción excelente. «No es tan delicado como el de tap de cortí», explica Vidal.

Cada año se repone la planta del pimiento, puesto que «si la dejáramos de un año para otro, la calidad no sería la misma, ni mucho menos, por ello la reponemos».

Hay que tener en cuenta que cuando termina la temporada de verano, la planta envejece por la gran producción hecha y porque las horas de sol van menguando y empieza a refrescar.