Miquel Gual, en una imagen de archivo. | Lluc Garcia

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Miquel Gual es el presidente de Camp Mallorquí y es él quien nos explica en qué consiste la iniciativa que desde la cooperativa llevan a cabo para mitigar la crisis que el COVID-19 está causando a la agricultura y ganadería de Mallorca.

«Como presidente, mi trabajo es dar salida a las cooperativas socias y a sus miembros. Cuando vino un grupo de payeses a explicar que sus cosechas se perderían porque los restaurantes a quienes vendían cerraban, el problema no solo era de ellos, también era mío» explica Gual.

Con la llegada de la crisis, «los payeses tenían muchas verduras plantadas, los huertos de Sóller y otros socios, tenían las naranjas a punto de coger pero sin clientes para vender, a la vez, había mucha gente en sus casas confinada» reflexiona el presidente. Y fueron estos dos puntos de vista de una misma realidad, los que propusieron la solución: servir sus productos a domicilio a tantos y tantos ciudadanos «a quienes las grandes superficies les había dejado sin servicio a domicilio». así nació una oportunidad. Pero ¿en qué consiste?

Gestionan dos propuestas, una caja de verduras por 15 euros y otra de fruta, también por 15 euros. «Sobre la caja de fruta, lo que hay ahora mismo principalmente en los huertos son naranjas. Pronto habrá fresas de la parte de Sa Pobla. En cuanto a la caja de verdura, es una caja variada con más de diez verduras diferentes y que puede variar de una caja a otra y de un día a otro, dependiendo de lo que puedan aportar lo payeses», explica el presidente.

Son dos las cooperativas de Camp Mallorquí que más sobrellevan el peso y apoyo de esta campaña: Agromallorca, para las verduras, con sede en MercaPalma y la Cooperativa de Sóller, para las naranjas, con sede en Sóller. Las otras cooperativas de Camp Mallorquí participan enviando socios con excedentes a AgroMallorca, que es quien gestiona las comandas diarias.

Sobre las ventas están yendo realmente bien, el propio Miquel Gual afirma que no se lo creen, «pensábamos que habría poca gente que se acogiese a la iniciativa pero desde el principio, los pedidos no paran y ya llevamos más de 7.000 entregas».

Esta campaña ayuda en muchos sentidos: la gente tiene verdura fresca y naranjas de calidad directamente en sus casas y los payeses no verán sus cosechas, trabajo y esfuerzo desperdiciados. «Es nuestro granito de arena, cuando las grandes plataformas dejaron a sus clientes sin venta a domicilio, nosotros dimos un paso al frente. Los payeses han querido reencontrarse con la sociedad llegando a las casas con los productos de nuestros huertos».

Gual hace una reflexión más. cree que éste es un momento importante, «En los años 50 Mallorca comenzó una separación entre payeses y ciudadanos que fue traumática y 70 años después, la isla ya no es autosuficiente. Ahora estamos confinados, sin turistas y es el momento de que la sociedad y la agricultura se vuelvan a dar la mano y sigan el futuro del siglo XXI juntos», concluye.