Sa Vinyassa cuenta con una piscina ‘infinity’ y para el programa se ha construido una cocina al aire libre y un brasero de jardín alrededor del que se despiden los participantes.    | ITV

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El verano en Inglaterra no llega con el cambio de hora o con el solsticio, sino con el estreno de Love Island, que se emite diariamente de domingo a viernes. No bromeo: más de 2,5 millones de espectadores se sientan delante de la televisión cada día; todo el país habla de lo mismo, las redes sociales se inundan. Explicar este fenómeno televisivo al público español puede ser un tanto complicado, pero se trata de una especie de La isla de las tentaciones. Un grupo de jóvenes, hombres y mujeres, con cuerpos esculturales y dentaduras perfectas, conviven en una casa, curiosamente en Mallorca, con la esperanza de encontrar el amor (o la fama). Cada pocos días, nuevos participantes entran en la casa y los isleños (así se llaman en inglés, islanders) deben elegir una pareja nueva (o mantener la existente) y los que quedan solteros tienen que, en muchas ocasiones, abandonar el programa. En la final, que se celebra en directo, una pareja es coronada ganadora.

Lo interesante de todo esto no es el programa en sí o el físico de los pseudoisleños, es que se graba en Mallorca, en las afueras de Sant Llorenç. La casa, de seis dormitorios y siete baños, ubicada en una finca de 210.000 m2, se llama sa Vinyassa y puede alquilarse por 700€ la noche cuando no se usa como set. También cuenta con una piscina infinity con vistas al paisaje rural y, exclusivamente para el programa, se ha construido una cocina al aire libre (donde los islanders preparan su desayuno) y un brasero de jardín alrededor del que se despiden los participantes.

El programa se graba en Mallorca desde 2015 y Mike Spencer, productor ejecutivo, señala que «es simplemente mágico para nosotros y es muy glamuroso para el espectador ya que es un lugar al que le encantaría ir con amigos para pasar unas vacaciones».

Durante la emisión del programa los isleños ingleses tienen diferentes citas entre ellos en diferentes lugares (una playa desierta, la plaza de algún pueblo, el patio de un restaurante…).    Lo que sucede en Mallorca es gracias a Palma Pictures, la empresa de servicios cinematográficos encargada de «todo lo local: localizaciones, transporte, catering, contratación de personal…». Germán Traver, de Palma Pictures, afirma que este año hay unas 250 personas trabajando en el proyecto y la mitad es gente de la Isla. Palma Pictures también se encarga de la versión australiana del programa, cuya producción empieza en breve.

Tanto Spencer como Traver afirman que la grabación transcurre sin muchos problemas, tal vez porque hace años que vienen cada verano, aunque Traver comenta que últimamente ha habido algún incidente con la División General de Costas, «que ahora ha sido traspasada a la Conselleria de la Mar y estamos en una situación de baipás, a la expectativa de cómo se van a dar las autorizaciones, pero por lo general grabamos cómodamente».

Para finalizar, Mike Spencer indica qué es lo que más le gusta de Mallorca: «Despertarme con unas vistas al mar impresionantes y, por supuesto, la hospitalidad. Mallorca tiene algunos de los mejores restaurantes. Me encanta ir al bistró Quince, en Porto Cristo, y las tapas de 5illes en la Colònia Sant Jordi son deliciosas. La Isla es un paraíso si eres un amante de la buena comida. ¡Lo único malo es que te sirven pa i allioli donde quiera que vayas y eso me hace coger unos quilos de más!».