El chef catalán piensa dedicarse a la investigación durante dos años. | Reuters

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Más de 25 años después de la llegada de Ferran Adrià a la cocina de El Bulli, la exquisitez, la innovación y las prestigiosas estrellas del restaurante se apagarán en 2012 para volver en 2014 con fuerzas y creatividad renovadas.


Su chef, el «multigalardonado» Adrià, ha anunciado en la cumbre gastronómica Madrid Fusión que su restaurante –también propiedad de Juli Soler– cerrará sus puertas en 2012 y 2013.


«A partir de 2014 El Bulli va a ofrecer comida de alguna manera, seguro», ha afirmado el chef, aunque sin tener «ni idea» ni del formato ni de la financiación.


Adrià llegó a la cocina de este local de Roses (Girona) en 1983, durante su mes de permiso de la mili, un año más tarde ya se había convertido en el jefe de los fogones junto a Christian Lutaud, y hoy día nadie cuestiona que sea el mejor cocinero del mundo.


Crisis económica


Su amor por la experimentación científica aplicada a la cocina y por la búsqueda de texturas imposibles e irresistibles le han hecho valedor de tres estrellas Michelín desde el año 1997.
El pasado 21 de abril, la revista gastronómica Restaurant volvía a elegir a El Bulli como mejor restaurante del mundo por cuarto año consecutivo.


Actualmente es la exquisitez hecha cocina, pero lo cierto es que El Bulli nació en 1961 como un minigolf propiedad de un médico alemán: Hans Schilling.


Pese a que Adrià no ha ahondado en las causas del cierre de El Bulli, el pasado noviembre explicaba en San Sebastián que en una situación de crisis económica es fundamental que los restauradores tengan «conciencia» de empresarios y apuntó entonces que hay que buscar una fórmula para sobrevivir en esta coyuntura y que su negocio es un «restaurante de locos» e «ilógico» en el que cada año ha habido que poner 200.000 ó 300.000 euros.