Centrado en la novela negra, Sebastià Bennàssar ha publicado '501 crims que has de conèixer abans de morir'.. | S. Amengual

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Le recuerdo que ha afirmado que Hammett es el rey de la novela negra. Me responde:Sebastià Bennàssar.- Y me reafirmo en lo dicho. Además no puede ser otra cosa. En el mundo de la literatura impera el reaccionarismo y aún no se concibe la posibilidad de llamarle presidente al máximo exponente de un género. Así que para decir que Hammett es el número uno ¿qué remedio...?Digo que es el rey.

Llorenç Capellà.- Justifíquelo.
S.B.- Citándole novelas como Cosecha Roja o El hombre delgado habría suficiente. Pero El halcón maltés es insuperable. ¿Quién, si no Hammett, es capaz de dibujar un personaje literariamente tan atractivo como el detectiveSamuel Spade...? ¿Quién sabe recrear mejor los bajos fondos de San Francisco...?
L.C.- En los últimos años, la novela escandinava está ganando muchos lectores.
S.B.- Pues a mí solo me interesa como fenómenode marketing. Es, en su conjunto, una novelística de escasa calidad. Únicamente salvaría a Asa Larsson y setecientas páginas de las dos mil quinientas que escribió Stieg Larsson.
L.C.- Los crímenes de 501 crims son crímenes reales...
S.B.- Que se han producido en las tierras catalanas y en cualquier época. Los móviles suelen ser los mismos tanto aquí como allí:dinero, poder, amor, celos...
L.C.- ¿En el norte de Europa se mata por celos...?
S.B.- Probablemente sí. Los del sur tendemos a idealizar el norte, como si allí hubieran superado las pasiones. Y en cierta medida sí, las han superado. No obstante pueden descontrolarse como en cualquier otro lugar del mundo. Recuerde el asesinato de Olof Palme, en Estocolmo. Por no citar la matanzadel mes pasado en Oslo.
L.C.- ¿Cada cultura tiene su particular forma de asesinar?
S.B.- En tiempos pasados, tal vez. Actualmente no. Los asesinos emplean el arma que tienen a mano. Por ejemplo, en Estados Unidos se cometen muchísimos más asesinatos con arma de fuego que en Europa. Pero es que allí, si tienes veintiún años y te sacas el permiso para usar armas, puedes dirigirte a la tienda de la esquina y por cuarenta y seis dólares te llevarás un revólver con seis balas.
L.C.- ¿Y si usted, ahora mismo, quisiera una pistola...?
S.B.- La buscaría en Internet, porque en Internetse encuentra todo. ¡Si hay páginas que ofrecen sicarios por nueve mil euros...!
L.C.- ¿Por qué escribió 501 crims?
S.B.- Para pagar el alquiler de la vivienda
L.C.- No se me haga el duro, que le recordaré lo que me dijo de Spade.
S.B.- ¿Qué le dije...?
L.C.- Que es irrepetible.
S.B.- Es cierto. Pero no falto a la verdad si le digo que es un libro de encargo. Aunque me ha dado la posibilidad de conocer asesinatos increíbles. El mes de abril de 2006 el guarda del cementerio de Peralada, en el Alt Empordà, descubrió en su ronda de la mañana una tumba abierta. Junto a la losa había una cazuela con agua y huesos, encima de un hornillo. Y al lado restos de una pastilla de caldo concentrado de Avecrem.
L.C.- ¿Para qué fuera más substancioso...?
S.B.- Supongo. Cuentas esta historia en los postres de la comilona de Navidad y nadie prueba los turrones.
L.C.- Seguro.
S.B.- Sin embargo, el libro no es sólo anécdota, porque el lector se da cuenta de que nos han robado la historia. Hemos

“Hemos idealizado equivocadamente la Transición. Y hubo bombas contra Joan Fuster, contra Sanchis Guarner... Y atentados de muy diferente autoría.”

idealizado equivocadamente la Transición. Y hubo bombas contra Joan Fuster, contra Sanchis Guarner... Y atentados de muy diferente autoría. En cuatro años, entre el ochenta y cinco y el ochenta y nueve, el grupo ultraderechista Milicia Catalana cometió diecisiete atentados.
L.C.- Ninguno causó víctimas mortales.
S.B.- Por pura casualidad. Pero también la izquierda atentó contra las personas. Y lo tengo en cuenta. Porque, para mí, todas las ideologías son respetables hasta que se convierten en bandera de grupos armados.
L.C.-...
S.B.- También nos permite, 501 crims, asomarnos a la posguerra. Se dan infinidad de casos de envenenamiento.
L.C.- Hablamos de envenenadoras más que de envenenadores...
S.B.- Así es. Es la mujer la que envenena al marido, a la suegra... "Hay que buscar las razones
en la miseria. Y en el mal trato. Probablemente muchas de estas mujeres recibían palizas de sus maridos." En cualquier caso, cada asesinato tiene su sello de identidad. ¿Veneno...? Mujeres. ¿Ametralladora? Grapo. ¿Bomba? ETA.
L.C.- Usted no reduce los crímenes a los delitos de sangre.
S.B.- No. Relato, entre otros, el caso del Cola- Cao porque se ha convertido en símbolo de lo cutre. Es un caso típicamente siciliano que creí importante reseñar, le insisto, por su simbología. Al igual que lo es, simbólico, el de Anna Dodas, una poetisa catalana, de veintitrés años, que apareció con la cabeza destrozada en el cerro de Cardoville, en Brissac, cerca de Montpeller.
L.C.- ¿Se llamaba...?
S.B.- Anna Dodas. Fue en el ochenta y seis. Aquel mismo año había ganado el premio Amadeu Oller con Paisatge amb hivern. Se fue a Alguer de vacaciones, con una amiga, y alguien las asesinó.
L.C.- ¿Quién...?
S.B.- No se sabe. En el noventa y uno, "dicions 62 publicó El volcà, su obra completa.
L.C.- ¿Qué asesinato cometido en Mallorcale impresionó?
S.B.- El de Ana Belén Gil, en el cementerio de Palma. Ocurrió en Navidad del noventa y seis. Ana tenía dieciocho años y hacía dos que cumplía condena por haber asesinado a su padre, un maltratador. Y en la cárcel se enamoró de Bartomeu Clar, con quién coincidía en los talleres de teatro.
L.C.- ¿Y Clar...?
S.B.- Cumplía condena por haber asesinado a su suegra y a uno de sus cuñados. Clar y Ana se citaron en la calle aprovechando un permiso carcelario y él la mató a navajazos sin mediar motivo alguno. En esta muerte se refleja el fracaso del sistema familiar. La adolescente mata por proteger a
su madre. Y tiene la desgracia de toparse con Clar, que es el estereotipo del clásico
machista.
L.C.- Hablando de estereotipos: tanto en literatura como en cine, el perfil del policía no se ajusta a la realidad.
S.B.- ¿En qué sentido...?
L.C.- Todos son valientes, buenos, justos, generosos.
S.B.- Muchos lo son. La excepción es un Pepote Gómez que hace negocios con el clan de La Paca. Pero me sorprende la cantidad de policías cabales que hay, porque podrían corromperse fácilmente y no lo hacen. Fíjese, usted, por ejemplo, en Carrau y Horrach, los fiscales anticorrupción...
L.C.- Me fijo.
S.B.- Son héroes.
L.C.- ¿Héroes...?
S.B.- Lo dicho: héroes. Podrían vender su silencio y en cambio, mírelos, se enfrentan a todo el sistema político para llevar ante los tribunales a los políticos que han delinquido.
¡Es admirable...!
L.C.- Tómele el pulso a la novela negra en catalán.
S.B.- Late a un ritmo acompasado, excelente. Pese a los problemas editoriales, se publican unas diecinueve novelas al año. Una gran novela es La mala dona, inspirada en los crímenes que cometió una proxeneta en la Barcelona de comienzos del siglo pasado.
L.C.- ¿Se refiere a Enriqueta Martí?
S.B.- A la misma. Aunque era más conocida por sus apodos: "La Vampira del carrer de Ponent", "La Vampira del Raval" o "La Vampira de Barcelona". Secuestraba a niños de cuatro o cinco años, los prostituía y los asesinaba.
L.C.- No me ha dicho quien ha novelado la historia...
S.B.- Marc Pastor, un criminólogo que forma parte de la policía científica de los Mossos d'Esquadra.
L.C.- Hace un momento se ha referido a los problemas editoriales...
S.B.- Porque existen. Y también de distribución, de todo... Yo resido en Lisboa. Pues bien, en los mostradores de las librerías todos los libros están escritos en portugués. En cambio, las librerías catalanas tienen, a lo sumo, un estante con libros en catalán. Así es muy difícil normalizar una
cultura.
L.C.- Apúntese a la independencia.
S.B.- Ahora mismo. De hecho, la voluntad independentista está creciendo en Catalunya. Incluso la derecha regionalista ya piensa en clave soberanista. ¿Que es por interés económico...? Tal vez. Pero es así.
L.C.- En Barcelona ¿pierde fuerza el 15-M?
S.B.- Sí, porque el tufillo de izquierda internacionalista no se aviene con los intereses soberanistas. Ya hay historiadores que achacan al internacionalismo la culpa de haber perdido la Guerra Civil. ¡Bien estaba lo de mirarse en Moscú...! Pero, en fin, barramos primero para casa y luego ya veremos lo que pasa en Rusia.
L.C.- Dígame ¿la novela negra es novela social?
S.B.- Totalmente. Al menos yo la concibo así. Quiero decirle que no podría tener un mundo narrativo como el de Agatha Christie. A parte de que Agatha Christie escribía
muy mal...