Imagen de una de las actuaciones de la Revetla de Sant Sebastià 2010. | Teresa Ayuga

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A pesar del frío, la revetla de Sant Sebastiá no defraudó a nadie, o casi nadie y pudo con la lluvia. Palma cambia durante la revetla. Calles poco concurridas por la noche como las del casco antiguo se convierten en una marea de gente dispuesta a divertirse, bailar y disfrutar de la música que este año ha ofrecido Cort.
En la Plaça d'Espanya, que este año se ha convertido por primera vez en el lugar elegido por la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, para inaugurar la fiesta, no cabía un alma. Y que este año, al eliminarse los estilos de música por plaza, ha conseguido que la gente se disperse más. Familias, gente mayor y muchos jóvenes disfrutaron del concierto «más tranquilo y tradicional». El más tempranero y sin retrasos, el grupo Caliu, con su rumba catalana animaba a todos a bailar mientras cenaban. El matrimonio formado por Mireia y Joan se lo pasaba en grande y eso que aseguraba no conocerlos. «Lo importante es divertirse, hacemos un poco el tonto con los hijos y cansarlos para que se vayan pronto a la cama», gritaban. Mientras, su hija Laura de 14 años decía: «Suenan un poco a Estopa». Desde luego, hay que tener mucho oído. Acto seguido, el grupo Música Nostra deleitaba al público entregado con música «de la tierra» y muchos se lanzaban al ball de bot encantados. Hubo espacio, incluso, para alguna jota valenciana.

De camino a la Plaça Major y a un ritmo muy diferente, Pere y Alonso comentan que se van a otro sitio porque «a los del concierto no los conocen». Y es que allí actúan hasta 15 artistas dirigidos a los más jóvenes con estilos muy diferentes. La primera, una poco conocida cantante de nombre Leticia, una joven mexicana ganadora del 'OT' azteca convence con su pop «gamberro» a todos los jóvenes, incluso algunos padres que acompañan a sus hijos preadolescentes se mueven tímidamente. Gaspar Sampol anima la fiesta de la manera que sólo él sabe hacer.

A continuación pop mallorquín con Suasi, cantante del grupo Fora des Sembrat, que dio paso al pop más juvenil con Eclipse, al grupo musical de Santa Margalida No Diguis Dois, a Danni Leiva, a la cantante Mar, y a nuestro veterano Jaume Anglada, que gusta mucho con sus canciones de siempre.

Unas chicas aseguran que está bien pero que están allí para ver a los cabezas del cartel, Efecto Mariposa, el ex triunfito Manuel Carrasco y los «atrapachicas» Melocos. «Ya verás cuando salgan los de Melocos, nos vamos a volver locos», gritan un grupo de hasta 12 chicas con camisetas con el logo de este grupo.

En la Plaça de Cort estilos heterogéneos pero con muchísimo ritmo. Funkadictos, Cranc Pelut por un lado derrochando energía para, a continuación, Tomeu Penya mostrar su clase con su repertorio de siempre que no cansa y gusta mucho a la vista de cómo disfrutaba el público. Por cierto, por allí se pasean hacia las 23.00 José María Rodríguez, José Ramón Bauzá y Julio Martínez, del PP, saludando a muchos conocidos, pero sin pararse a escuchar la música. Otra noche será Si el ambiente está así en Cort, cuando lleguen los ritmos setenteros de la Fundació Tony Manero y Piratas Pirats van a ser una locura. Extrañamente hay un gran número de turistas extranjeros, el grupo más grande apoyado en una pared y mirando a la gente, no se animaban del todo a participar de la fiesta ¿Se pensarán que Palma siempre es así?
En Sant Francesc, Barrumbada empezó a animar la fiesta a las 21 horas, Los Primos y Gertrudis siguieron poniendo la nota musical con su peculiar estilo.
Un ritmo olvidado en Palma se escuchó, y mucho, en la Plaça del Mercat. A ritmo de hip hop, Trilogía del conocimiento y Talegueros iniciaron una fiesta muy joven con ganas de disfrutar. Los tres últimos grupos eran grupos para paladares exquisitos y amantes de este estilo. De USA llegaban Havoc & Big Boyd marcando el ritmo con unos fans muy fieles.
En la Plaça de la Reina, L'equilibriste con su estilo particular iniciaba la noche, al que siguió Meeting Point. Mucho público, pero una mujer aseguraba que estaba ahí por Jarabe de Palo, un clásico de Sant Sebastià.
En Joan Carles I, muchos disfrutaban de Full Play y Miquel Mariano, pero también esperando disfrutar como locos con el estilo inconfundible y nada trasnochado de Los Delincuentes.