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Dos de las monarquías con más tradición de Europa se reunieron en Estocolmo para celebrar una visita de Estado, a la antigua. Ambos reinos, Suecia, la anfitriona, y Holanda se lucieron sacando a relucir toda la grandeza de su pasado y su presente esperanzador, en manos de dos mujeres nacidas en la burguesía de dos repúblicas y que han resultado ser hoy dos reinas admiradas y queridas. Se dice que Silvia Somerlath, de casada reina Silvia de Suecia, ha salvado la monarquía de ese país nórdico que ha visto en ella a una mujer entregada a su trabajo, a la casa real que representa y al país que la acogió con reservas. La reina no tiene complejos a la hora de sacar carrozas a la calle, lucir trajes de cuento y sacar a pasear de una vez todo el joyero real, heredado de las reinas que la precedieron, un excepcional patrimonio del que presume todo el país.

Igual ocurre en Holanda, donde reina Máxima Zorreguieta, convertida en soberana de los Países Bajos, querida por casi todos y excesiva en todo. Ese es su sello y con él ha conquistado el mundo, cambiando el ceremonial lo justo, vistiendo como las reinas de los cuentos y, lo más importante, sin esconderse, pues nada ha de esconder. La recuerdan en Sevilla bailando sevillanas o algo parecido con sus hijas y su marido. Era para celebrar dónde se habían conocido, y en qué circunstancias, es decir, con unas copitas de más, música y Sevilla en primavera. Fue justo antes de una visita de Estado a Marruecos a la que la reina llegó con cara de fiesta.

El cuento sigue, con boatos bellísimos que hacen soñar en países donde se respeta la tradición, que es sinónimo que perdurabilidad en el tiempo. Las monarquías no se improvisan, se aceptan como son.
En España el boato no existe, y en opinión de muchos es un error que aleja del cuento a la institución más antigua de Europa y que más tiempo ha regido el destino de España. Los Reyes de España podrían sacar a pasear las carrozas incómodas que se aburren en los museos, pues están hechas para ser admiradas en las calles.

Doña Letizia, reina reciente, usa bien las joyas de pasar, pero es la única con derecho a su uso en todo el reino, al menos hasta que Leonor sea mayor de edad. Es la única licencia a un pasado no tan malo como nos cuentan, mejor sin duda que el de muchas monarquías que no supieron adaptarse a los tiempos, e igual que las que niegan el pasado, obviándolo.