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Quién lo iba a decir hace solo unos pocos años en los que parecía que Carlos y Camilla acabarían sus días juntos en alguna isla caribeña, juntos pero exiliados... tanto era el odio que les profesaban sus compatriotas. Pues bien, esta semana se han convertido en reyes de Inglaterra, casi nada, a una edad en la que la mayoría lleva años jubilados, les llega la verdadera responsabilidad para la que Carlos se ha preparado toda una vida hasta la ancianidad.

En todo caso, a mí la que me fascina es Camilla, que nunca quiso ser reina, lo sé de buena tinta, porque como ella misma ha reconocido en privado –que es vaga–, le interesan los caballos y la jardinería y poco más. Sin embargo como consorte del príncipe de Gales ha sido perfecta, tanto que al casarse se anuncio que solamente sería princesa consorte en el momento en el que Carlos accediera al trono. Tan bien lo ha hecho que no solo ha ganado en popularidad, sino que su suegra pidió que se le diera tratamiento de reina consorte y se la tratara como tal.

¿Qué pensará Diana desde las alturas al ver a su hijo Guillermo como nuevo príncipe de Gales y a su padre, de quien hereda título, convertido en rey? Recordemos que afirmó que no estaba preparado para tan alta responsabilidad. Para que pensemos en cómo será el futuro con cartomante y adivinos, la de agoreros que afirmaron que la 'pareja del tampax' famoso nunca llegaría al trono, ahí les tienen. God Saved The King Charles III. Y a la reina Camilla, claro. Soy muy fan de ambos.