Juanjo Fraile y Belén Blanco con sus hijas. | E.M.

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Belén Blanco y Juanjo Fraile son una de las parejas de la nueva sociedad palmesana, que lo es por elección, más interesante que les hemos mostrado nunca. Los creadores de Talentia son unos de los empresarios más exitosos de España y de Europa. Sus contactos con el mundo de la política y el arte son únicos, su capacidad de reunir gente es de sobras conocida y su don para acogernos en su casa, único. En ese palacio del siglo XIII del que les hablaba ocurren siempre cosas mágicas.

Uno puede encontrase allí con lo inesperado, conocer a lo más granado, o a lo más interesante de un mundo que está al alcance de muy pocos. El caso es que siempre desde la estudiada informalidad, pero siempre desde la elegancia, Belén y Juanjo organizan, reciben, cuentan, hablan, preguntan, se divierten, hacen planes y, lo más importante, triunfan. Cada vez que pasan unos días en Palma el recuerdo que dejan es imborrable, así que para nosotros el verlos partir a Madrid, su base, o a Cantabria, su lugar de origen y donde poseen un Centro Cultural, es un saber a poco que vamos intuyendo nada más verles aparecer por aquí.

Su presencia se nota, y mucho. Este Fin de Año unió en Ca’n Marti Feliu a buena parte de la familia Fraile Blaco. Primero se celebró una cena íntima con platos cocinados por el anfitrión, Juanjo Fraile, que es un maestro de los fogones. Tras la cena, deliciosa, se tomaron las tradicionales 12 uvas sin que se produjeran mayores incidentes y después se abrieron los portalones de la casa para que los amigos más cercanos a la familia pudieran disfrutar de una noche de fiesta y música divertidísima. Nunca fallan, les adoro.