Beatriz Mayans, Martina Benvenutto, Pedro Cerón, Jose Vidal, Raúl Sánchez y Alina Poloboc. | E.M.

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Por fin una discoteca digna de llamarse como tal. No se han escatimado medios para la apertura de la nueva Tito’s, que ha sabido conservar su esencia pese a tener que cambiar de emplazamiento. Todos quedaron fascinados en la que fue la primera de las grandes fiestas de la reapertura, pues al parecer su director, Jaime Lladó, ha organizado una serie de veladas que prometen ser inolvidables. No conozco persona que maneje mejor las relaciones ocio nocturnas que Jaime, siempre en su sitio, vistoso y educado, pendiente de cada detalle y capaz de quitarte de encima a un pesado sin que nadie se sienta ofendido. Esto es profesión, y punto. La discoteca está destinada principalmente a un público residente adulto.

La decoración está basada en los grandes clubs de Miami, que son los que ahora marcan la pauta en todo el mundo y nos vienen al pelo, pues hay tantas similitudes entre los ambientes que habría que explotar más esa ventaja europea. Es decir, una mezcla de elegancia, comodidad y estilo clásico, mezclado con un techo de led en movimiento con cientos de programas diferentes que le dan un modernismo de última generación. Todo el mundo habla de los techos de led y también de las dos grandes pantallas de led, lo último en tecnología de iluminación que hacen de Tito’s una sala vanguardista y moderna.

Un gran hall con el nuevo logo a modo de photocall es lo primero que uno encuentra al llegar. Para después entrar en un espacio amplio de paredes pintadas y cómodos sofás, que son la zona vip, envolviendo una gran pista de baile. Todo un lujo para Mallorca, más cuando quien da la bienvenida es Jaime Lladó y su maravillosa esposa, Alessandra Lladó Rudenko. Por cierto, comentadísimos fueron los looks brillantes de las invitadas, pues casi todos se esmeraron en vestir a la altura de las circunstancias, aunque fueron ella las que destacaron en paillettes, lamés, lentejuelas mil y plumas, escotes vertiginosos y tacones de infarto para que a la noche no le faltara de nada. ¡Y eso que lo mejor está por llegar!