Chico y sus gypsies posan con una de las invitadas. | E.M.

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En 1598 Gomera tenía 400 cuarteradas y confrontaba con las posesiones de s’Àguila, Capocorb, Gomera Vell y Son Julià Mut. Tenía casas y se dedicaba al cultivo de cereales. En 1707 estaba dedicada a la viña y cultivo de cereales, leguminosas y cáñamo. Producía un queso de renombre y era un lugar de caza de tordos. Le pertenecía el molino harinero de sa Barraca de Gomera.

Esa era la Mallorca de antes y por eso les cuento lo que es hoy, un lugar donde hay restos de talaiots, uno de planta circular y donde a principios del siglo XX se encontró una estatua de plata que representa a Cupido. Hoy es un hotel con solo once habitaciones que acoge a lo más cool de la Isla, y quiso celebrar el verano maravilloso que se fue con una gran fiesta en la que brilló mi musa Ilona Novackova que, como todos los otoños, ya ha marchado a Dubai para cuidarse y renovar armario y joyería. En un precioso porche junto a la piscina, ideal para retiros de yoga, desde donde pueden observarse los viñedos con los que producen su propio vino y diversos árboles frutales autóctonos de la Isla, se vivió la fiesta, en realidad en el corazón de la sublime campiña de Llucmajor, donde se organizan los eventos más calientes y agradables de Mallorca.

Y gente guapa. Tuvimos el honor y el placer de disfrutar de un concierto privado para 300 invitados, con el legendario grupo Gispsy King, con Chicho, su fundador. ¡Durante más de tres horas, bailamos al ritmo de sus famosas guitarras! ¡Qué alegría haber redescubierto todos estos éxitos y estos estribillos como Bamboleo, Djobi Djoba, Volare, que suenan a verbena y a fiesta. ¡La alegría y el buen humor estaban ahí! Junto a uno de mis nuevos musos en ciernes, Gary Temple, organizándolo todo al detalle para que la velada resultara perfecta, y lo fue, vaya si lo fue.