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Los padres de la víctima de la violación grupal producida en una vivienda en Palma han recordado este viernes, durante la continuación del juicio, que escucharon un audio que enviaron los acusados a su hija preguntándole «quién se lo había hecho mejor de las siete personas que la habían violado». La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares ha retomado este viernes el proceso contra los cuatro hombres acusados de la violación en grupo en una «casa de okupas», según describió uno de los procesados, ubicada en Palma. Cabe recordar que la sesión anterior, celebrada el lunes, se vio interrumpida por la indisposición de uno de los procesados.

Durante la misma, todos los encausados negaron los hechos, respondiendo únicamente a preguntas de sus abogados y, por ende, rechazando contestar a las acusaciones. La víctima, seguidamente, declaró a puerta cerrada, y después se dio paso a la declaración del padre, quien pudo responder a las primeras preguntas de la fiscal antes de interrumpirse el juicio. El progenitor, en detalle, contó al Tribunal que fueron a Palma en un momento dado a visitar a su hija al centro en el que estaba internada y se enteraron de que se había fugado.

Según relató, la chica fue ese día a ver a su abuela, quien contó a los padres «que la niña había ido muy nerviosa». Después, escucharon del móvil de su hija unos mensajes de lo que le había pasado. En un audio, continuó el padre, oyó «a estas personas diciendo que la habían penetrado, que la habían violado». En la sesión de este viernes, cuando se ha retomado la testifical del padre, éste ha repetido que en el audio que escucharon del móvil de su hija los acusados le preguntaban «quién se lo había hecho mejor de las siete personas que la habían violado».

También el padre ha reconocido que su hija solía escaparse de casa cuando tenía entre 13 y 14 años y, en una de esas escapadas, entró en un hotel junto con su novio y robó unas sábanas, lo que motivó su internamiento en un centro, del que también ha dicho que se fugó algunas veces. Con todo, a preguntas de las defensas, ha remarcado que no tenía miedo de que su hija pudiera cometer ningún delito cuando se escapaba, sino más bien «de que le pudiera pasar algo».

Además, ha concretado que, del año de internamiento que tenía que cumplir la víctima en el centro, tuvo que estar ocho meses más. La siguiente en declarar, en calidad de testigo, ha sido la madre de la chica, quien ha coincidido con la versión del padre referente al contenido del audio. «Uno de ellos --de los acusados-- decía que a ver cuál de los siete le había gustado más», ha recordado. También ha explicado que, a raíz de ello, interpusieron una denuncia.

Preguntada por las defensas de los acusados por el internamiento de su hija en el centro, la madre ha indicado que la pena inicial era de un año y nueve meses, pero estaba la posibilidad de reducirla a un año si presentaba un buen comportamiento. Como se escapó, la niña tuvo que cumplir esos nueve meses antes reducidos.

Un proxeneta reconoce que le ofrecieron a la víctima

Durante el juicio, un testigo ha reconocido haber regentado durante un tiempo un prostíbulo con su mujer y que uno de los acusados le ofreció a la víctima. Al principio, el testigo ha intentado eludir las preguntas de Fiscalía y, tras varias advertencias por parte del Tribunal, finalmente ha admitido que mantuvo conversaciones con uno de los procesados y que este último le pasó una foto de la chica. También ha afirmado que llegó a entrevistarse con ella y que la habían ofrecido para ejercer la prostitución.

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Otros testigos

Una conocida de la víctima ha relatado ante el Tribunal que la casa en la que presuntamente ocurrieron los hechos «la tenía» uno de los acusados. A preguntas de un abogado, también ha contado que el día en cuestión había mucha gente en la vivienda y que vio a la víctima en una actitud normal, «como siempre». Además, ha indicado que después de los hechos la víctima «estuvo un par de días más» en la casa, en la que ha admitido que había varios menores, y ha negado que la perjudicada le contara algo de lo sucedido. Otra testigo ha comentado que la noche de los hechos se estaba celebrando una fiesta en la casa okupa, en la que estaban víctima y acusados, según ha afirmado. Preguntada por un abogado, ha remarcado también que la víctima comentó con normalidad que «se había acostado con siete personas» y que se quedó hasta el día siguiente.

«En ningún momento me dijo nada para sospechar nada malo», ha matizado. Seguidamente ha declarado una técnico de la Uvasi, quien ha asegurado que el testimonio que ofreció la víctima «era creíble y válido», por lo que se recomendó la derivación del caso a la unidad terapéutica de abuso sexual infantil (Utasi). Ha descrito, asimismo, que la chica refirió que la noche de los hechos «estaba siendo amenazada y que no la dejaban salir si no mantenía relaciones sexuales». «Había cierta amenaza física y miedo porque eran muchos más», ha agregado, a la vez que ha remarcado que la víctima tenía historial previo como «víctima de violencia de género».

Igualmente, la especialista ha especificado que la chica se sintió en una «situación de atrape, estando sola con más chicos que le dicen lo que tiene que hacer y recibe amenazas». «Todo ello afecta al consentimiento», ha sentenciado. Otra técnica, en este caso de la Utasi, ha añadido que la víctima le refirió que había «chicas que se compran y se venden» en la casa okupa, y que señaló que a ella también la quisieron vender.

Además, ha explicado que «es habitual» que una víctima de violencia sexual vuelva a una situación en la que puede ser abusada. Es algo que «forma parte de las secuelas», ha respondido a preguntas de la defensa.

Conclusiones de las partes

Fiscalía considera a cada procesado autor de un delito de agresión sexual con acceso carnal a menor de 16 años, agravado por actuación conjunta de dos o más personas y trato vejatorio, y de un delito de cooperador necesario en la participación de otros tres, por tratarse de una violación múltiple de forma simultánea. La acusación particular se ha adherido íntegramente a la petición de Fiscalía. Cabe señalar que la petición del Ministerio Público es de 240 años de cárcel en total, más otros siete años para uno de los procesados por delito de favorecimiento de la prostitución.

En la exposición de conclusiones, la fiscal ha considerado «claramente acreditado» el intento de prostitución de la víctima por parte de uno de los acusados, basando su conclusión en la declaración de uno de los testigos. En cuanto al primer bloque de delitos, ha alegado que basa su acusación en el audio de los acusados escuchado por los padres de la víctima. También se ha referido a la «atmósfera de intimidación» generada en la habitación de los hechos, con siete hombres «de entre 14 y 20 años y una sola chica, menor de edad», y ha puesto sobre la mesa los relatos de las psicólogas. Por su parte, las defensas han solicitado la libre absolución de sus representados, pidiendo al Tribunal que interprete el perfil de la víctima y el contexto en el que sucedieron los hechos, negando que existiera una atmósfera de intimidación por parte de los acusados.

Los hechos se remontan a enero de 2016. Según el escrito del fiscal, tuvieron lugar en el domicilio de uno de los procesados, en Palma. El Ministerio Público sostiene que los chicos entraron con la víctima en una habitación, forzando la puerta con un palo y le dijeron que debía mantener relaciones sexuales con todos ellos. Además, uno de ellos intentó vender a otro a la chica para prostituirla.