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El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 23 años de cárcel para el hombre que mató a su expareja en el Secar de la Real. El acusado deberá indemnizar a cada uno de sus cuatro hijos con 100.000 euros. La Sala de lo Penal ha desestimado los recursos interpuestos por la defensa de Antonio Cortés y ha ratificado la condena que le impuso la Audiencia Provincial de Palma.

El recurrente alegaba que se había aplicado de forma indebida la agravante de parentesco porque había finalizado la relación y la mujer estaba rehaciendo su vida con otra persona. «Si consideraba que tal dato era relevante, [la defensa] debió haber solicitado que se introdujera en el trámite de elaboración del objeto del veredicto», señala el Supremo. «No se podía exigir al jurado que valorase la circunstancia de que la víctima estaba rehaciendo su vida (...) porque era irrelevante de cara a la apreciación de la agravante de parentesco».

Su abogado también apunta que no se tuvo en cuenta la atenuante de drogadicción. El Alto Tribunal indica que ha quedado demostrado que la larga trayectoria de consumo de sustancias estupefacientes incidía ligeramente en sus facultades pero, sin embargo, «no se describe en los hechos probados la relación funcional de esa ligera afectación con la perpetración de un delito tan grave como es un asesinato». El jurado, además, consideró que no había indicio alguno de consumo de alcohol o drogas.

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Coche

El crimen ocurrió el 3 de noviembre de 2020. Antonio Cortés recibió una llamada de Remedios Cortés, con quien había mantenido una relación durante muchos años, para hablar sobre una serie de temas pendientes. El acusado quedó en recoger en su Seat Altea a su expareja en la casa de sus padres en Palma.

Los dos se dirigieron a un parking de Son Rossinyol e iniciaron una discusión. El hombre, de forma repentina, empezó a golpearle y le clavó un destornillador en el tórax. Pensó que la había matado y la introdujo en el maletero. Cuando Antonio Cortés circulaba por el Camí Ca na Verda, Remedios, a pesar de las lesiones sufridas, consiguió salir del portamaletas a través del respaldo del asiento trasero e intentó escapar.

En ese momento empezó un forcejeo entre ambos y el acusado perdió el control del coche y colisionó contra unos bloques de cemento. La mujer aprovechó para salir del vehículo y él la persiguió hasta que la alcanzó y la empujó contra un muro. Después la arrastró por el suelo y acabó golpeándola con una piedra en la cabeza hasta matarla.

Antonio Cortés «buscó la manera más cómoda de matar a Remedios»

La fiscal del juicio con jurado explicó en su informe que Antonio Cortés «buscó la manera más cómoda de matar a Remedios». La representante del Ministerio Público recordó que la víctima después del ataque tuvo «entre cero y ninguna posibilidad de defenderse» y por ese motivo lo consideró un asesinato con alevosía.