El cantante y profesor Miquel Roldán, este martes, en una sala del juzgado de lo Penal número 3 de Palma. | Guillermo Esteban

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El juicio contra el cantante y profesor Miquel Roldán, que está acusado de acosar a un exalumno, empezó ayer en una sala del juzgado de lo Penal número 3 de Palma. El músico, que abonó 5.500 euros antes del juicio para la víctima, declarará en la próxima sesión del día 16 de abril.

La Fiscalía reclama una pena de un año de cárcel para Roldán y la Abogacía de la Comunidad Autónoma solicita un año y medio de prisión y su inhabilitación como funcionario durante el tiempo de la condena.

Una profesora del instituto de sa Cabaneta al que acudía el menor explicó que estaba con una compañera cuando a la salida del centro el perjudicado se le acercó y les comentó que el procesado le molestaba.

Roldán, según relató en el juicio la mujer, le dijo al adolescente: «Esto es una cosa entre tú y yo». Otra docente manifestó que la situación era muy extraña y que el niño estaba nervioso. «Me llamó mucho la atención que Roldán no nos mirara para nada, solo miraba al alumno».

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Una psicóloga que declaró como perito de la defensa fue interrogada sobre la personalidad del músico. «Tiene hipersensibilidad y cada vez que tiene una respuesta de rechazo del menor lo vive con mucho dolor, sufrimiento y tensión». El perjudicado, que ya es mayor de edad, declaró a puerta cerrada y se ratificó en su denuncia.

El músico, según el Ministerio Público, había sido profesor del menor y a finales de 2020 comenzaron a jugar partidos de pádel en Marratxí. El adolescente decidió cortar la relación de amistad con el profesor al no sentirse cómodo. El cantante intentó ponerse en contacto con la víctima por WhatsApp y redes sociales.

El joven lo bloqueó en todas las redes, pero el músico se llegó a presentar en casa de su padre y en su instituto para que le explicara por qué no quería relacionarse ya con él. Estos hechos provocaron una situación de angustia en la víctima.

Roldán ya fue condenado a una multa de 5.400 euros por quebrantar una orden de alejamiento del menor. La jueza de lo Penal número 4 de Palma definió su actitud como «perversa».