El acusado durante la vista celebrada semanas atrás en una sala de lo Penal de Vía Alemania. | J.P.M.

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Un juzgado de lo Penal de Palma ha condenado a tres años de prisión a un hombre por atropellar adrede a otro en Cala Rajada y provocarle graves lesiones en el verano de 2018. El procesado tendrá que indemnizar a la víctima, que fue asistida por el abogado David Salvá, en 16.998 euros por las heridas y secuelas.

El fallo, al que ha tenido acceso Ultima Hora, destaca que la versión del acusado, que relató en la vista que el denunciante había golpeado a patadas su coche y por eso sufrió las heridas, «carece totalmente de sentido». Añade la magistrada que «es irrazonable que una persona que ha sido agredida escasos momentos antes se lance sobre el coche de su agresor». La juzgadora considera la pelea previa que hubo entre ambos, reconocida por los dos durante el juicio, «desencadenó la posterior intención y el ánimo de lesionar a la víctima, unido también a la enemistad existente entre ambas familias por un tema relativo a la hija del acusado».

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La escena del atropello fue registrado en vídeo y también varios testigos tiraron por tierra la teoría del procesado, entre ellos agentes de la Guardia Civil. Un perito sostuvo en su declaración ante la jueza que «si se hubiera tirado la víctima sobre el vehículo, ni la parrilla ni la luna delantera se hubiera roto». Uno de los espectadores de lo ocurrido se vio en las imágenes proyectadas en la vista cómo se echaba las manos a la cabeza «consciente de la gravedad del hecho».

El grave incidente tuvo lugar a primera hora de la mañana del 16 de septiembre de 2018 en la puerta de un bar. Allí, y tras una serie de insultos y amenazas de muerte, se inició una pelea entre ambos. «Después de que me diera puñetazos, y tras el forcejeo, se me cayeron al suelo varias cosas. Me agaché para recogerlas y cuando levanté la cabeza me vi con el coche encima», explicó en el juicio la víctima, y añadió que «salté por los aires». El hombre sufrió graves lesiones que le obligaron a pasar por el quirófano.

Además de la pena de prisión y la indemnización por las lesiones y secuelas, el sentenciado no podrá aproximarse a la víctima a menos de 200 metros ni tampoco comunicarse con ella durante los próximos cinco años.