El atrincherado a la Guardia Civil: «Soy Lucifer y he venido para mataros a todos» | R.S.

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Antonio, el vecino enfurecido que se ha atrincherado a primera hora de este jueves en su casa, mientras lanzaba flechas a la Guardia Civil con una ballesta, no cesaba de gritar: «Soy Lucifer y he venido para mataros a todos». Del mismo modo, ha trascendido que el día anterior, el acusado accedió a la vivienda de una vecina a la que, supuestamente, agredió sexualmente. Es por ese motivo que una patrulla del instituto armado se dirigió a su domicilio para proceder a su arresto.

Según fuentes próximas a la investigación, una patrulla acudió esta madrugada para proceder a su detención por la denuncia interpuesta por una de sus vecinas. Esta mujer sostiene que el ahora detenido accedió a su domicilio y comenzó a manosearla en sus partes íntimas. Tras varios intentos por parte de los agentes y, ante la negativa del vecino de Sóller (español de 49 años), se montó un amplio dispositivo de seguridad y se activó el protocolo de actuación en estos casos.

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Mientras tanto, el ahora detenido seguía atrincherado esgrimiendo las armas e impidiendo que su progenitora, una mujer impedida, pudiera salir a la calle. Por su parte, el negociador de la Guardia Civil trató de persuadir al sospechoso para que depusiera su actitud violenta y se entregara de forma pacífica y sin hacer daño a nadie. Un fuerte dispositivo de la USECIC (Unidad de Seguridad Ciudadana), los antidisturbios de la Benemérita estaban preparados para acceder a la vivienda en caso de que fuera necesario y reducir con el uso de la fuerza estrictamente necesaria al atrincherado.

Sobre las 11 horas, ante la negativa de entregarse y tras haber lanzado con una ballesta flechas hacia el exterior de la vivienda a través de una ventana, alcanzando uno de los escudos balísticos de la Guardia Civil. Finalmente, no quedó más remedio que utilizar la fuerza y proceder a su detención. Una vez reducido, un médico del SAMU-061 atendió al arrestado e inició una evaluación psicológica para conocer su estado mental. Desde un primer momento, la Benemérita contaba con autorización judicial para poder acceder a la vivienda por la fuerza. Uno de los guardias resultó herido de carácter leve.