El grupo de burros, transitando por un tramo de la Ma-10.

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La disputa del XXIII Rally Dijous Bo no pudo completarse al aparecer unos inesperados visitantes en un tramo de la Ma-10, carretera de la Serra de Tramuntana por la que discurría la segunda sección, con dos pasadas nocturnas entre Caimari y Sóller, de las que sólo se pudo completar una. Entrada la noche, los organizadores se percataron en los pasos previos de seguridad de la presencia de un grupo de burros que transitaban ordenados por el tramo cerrado de la vía, a consecuencia de la disputa de la prueba deportiva.

Por ello, se tuvo que detener el desarrollo del rally, última prueba puntuable para el Campeonato de Baleares de la especialidad, y los organizadores centraron su actividad en controlar y apartar de la vía a los animales, dado el peligro que suponía para la competición su irrupción en la zona de montaña. De inmediato, se dirigió a los burros hacia el cruce de Sa Calobra, donde se les alejó de la calzada y se colocó un dipositivo disuasorio para evitar que se acercaran de nuevo a la Ma-10.

Ese retraso acumulado, cercado a la hora y media, llevó a la organización a tener que cancelar el último de los tramos en una noche que fue movida, y en la que la sucesión de los acontecimientos invitó a pensar seriamente en un posible boicot por parte de vecinos o residentes, molestos por el paso de la prueba deportiva por la carretera de la Serra, dando continuidad a protestas realizadas por plataformas como los Indignats Ma-10.

La cosa fue a más, pues en el Mirador de ses Barques, en el descenso hacia Sóller, la Guardia Civil llevó a cabo un dispositivo especial para evitar posibles acciones o incidentes que pusieran el peligro a los participantes en el Rally Dijous Bo, organizado por la Peña Automovilística Slick Quemado y con epicentro en Inca. De la misma manera, los agentes de la Benemérita tuvieron que intervenir para controlar al grupo de burros que deambulaba por la Ma-10 de madrugada.

Los presentes, especialmente promotores y responsables de seguridad y de la Federació d'Automobilisme de les Illes Balears (FAIB) no escondieron su preocupación y sorpresa, en primer lugar por la aparición sorprendente del grupo de burros libres por la carretera, sino que posteriormente por la presencia de efectivos de la Guardia Civil en un punto estratégico. De ahí, que la idea de un posible boicot al Rally Dijous Bo circulara desde la madrugada del domingo como principal hipótesis para explicar esta cadena de acontecimientos imprevistos.

Esta posible protesta se sumaría a las ya vividas anteriormente en otros rincones de la Serra de Tramuntana y de la Ma-10, como acaeció semanas atrás en Banyalbufar, donde la indignación vecinal les llevó a echarse a la vía e impedir el paso de los vehículos. Esta vez, se habrían buscado otras fórmulas para impedir el normal desarrollo de una de las pruebas más clásicas del calendario de motor en Baleares.

Por otra parte, este periódico ha tenido acceso a varios grupos de WhatsApp donde participantes de las carreras ilegales de la Serra se avisaban por mensaje de la presencia de controles y de la presencia de la Guardia Civil de Tráfico. Estos grupos de ‘aguadores’ se dedican a transmitir avisos muy específicos sobre la presencia de patrullas de la Benemérita. También se utilizaron para marcar posibles posiciones para ir a buscar fardos en la costa o para hacer ‘quedadas’ en el parking del Alcampo.