La Fiscalía le pide ocho años de prisión al acusado. | Alejandro Sepúlveda

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Veintidós meses después de su detención, Pablo Emilio C. ha vuelto a declararse inocente de los cargos que se le imputaron después de que los agentes de Vigilancia Aduanera del Aeropuerto de Barcelona-El Prat, le incautasen 200 paquetes de 500 gramos cada uno de café mezclados con cocaína en su interior y que iban dirigidos hacia él. Eran 99.862, 67 gramos de color blanco con un valor cercano al millón de euros, de cocaína, con una riqueza del 7,24 por ciento.

Supuestamente, el imputado quería emprender un negocio de importación de café colombiano. De hecho, ya había entregado muestras del producto de la marca ‘Alto Santa Clara’ a diferentes tripulaciones náuticas. Sin embargo, en su último pedido se incautaron cien kilos de droga en su interior camuflados con el paquete de la marca en cuestión. Pablo Emilio, en todo momento asegura que desconocía el contenido real de los 200 paquetes que había reclamado en esta última ocasión y que él tan solo importaba café para luego vender en Mallorca.

Por su parte, los agentes de Vigilancia Aduanera, al realizar el test de narcóticos, reemplazaron el contenido de las cajas requisadas con cemento. Una vez realizado el cambio, se contactó con la agencia de paquetería y se realizó la detención del destinatario. Tras su arresto, se procedió a la exploración de su domicilio para comprobar que los paquetes que tenía almacenados en Sant Joan no contenían droga.

La Fiscalía, tras analizar la declaración del acusado, se ha reafirmado en su teoría y ha pedido ocho años de prisión por tráfico de drogas y un delito contra la salud pública. Por su parte, la defensa ha pedido la absolución del caso debido a «una falta de investigación» y «porque quedan muchos frentes abiertos». Además, insisten en que durante toda la instrucción, el acusado mostró su colaboración con los agentes.