Los 12 acusados, este martes, en el juicio en la Audiencia de Palma. | GUILLERMO ESTEBAN

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-Te voy a decir una cosa. Te lo juro por mi hija que se me ahogue en el sueño, cuando te agarre trata de tener mi dinero. Yo me corto los huevos si cuando te agarre no me pagas.

El cabecilla de una banda de narcotraficantes que introdujo cocaína en Mallorca atemorizaba a los rivales e incluso a los propios integrantes de la organización a punta de pistola. No tenía escrúpulos con los que no pagaban. Diez de los miembros de la red se han declarado culpables este martes en el juicio en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma. Han confesado que traían droga a la Isla entre abril y agosto de 2020. Dos de los 12 acusados se han desmarcado del grupo y han asegurado que no tenían nada que ver con los hechos enjuiciados.

La Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional desmanteló la organización en septiembre y practicó registros en Palma, Santa Maria, Llucmajor, Campos, Santa Eugenia y Can Picafort. Los investigadores encontraron grandes cantidades de droga, productos para adulterarla , armas y dinero en efectivo. En un trastero del jefe de la red localizaron 319.000 euros.

Los acusados formaban parte de una banda estructurada dedicada al narcotráfico que introducía importantes cantidades de sustancias estupefacientes en Mallorca para distribuirlas entre vendedores y consumidores. La agrupación, según recoge el Ministerio Público en su escrito, tenía una gran estabilidad personal y logística.

El líder de la banda era el encargado de gestionar la adquisición de la sustancia con los proveedores, así como de almacenarla. Gestionaba las compras de productos químicos como cafeína, fenacetina, ácido bórico o lidocaína para mezclar la cocaína y rebajar su pureza. De este modo obtenían mayores beneficios. A continuación entregaba la droga a los miembros de la organización que, a su vez, la distribuían entre terceras personas a quienes pagaba por esta actividad.

El cabecilla era el financiador principal de las operaciones y principal beneficiario de los fondos obtenidos. Una de las acusadas era la responsable de introducir la sustancia en Mallorca y de la logística necesaria para su transporte y almacenaje. Era la mano derecha del líder y actuaba como su representante dando instrucciones al resto de la banda.

Durante los meses en los que operaron, el jefe de la banda organizó una red de personas que realizaban transferencias de dinero en efectivo procedente de las ventas de droga a diversas cuentas en el extranjero. Era la mano derecha del líder y actuaba como su representante dando instrucciones al resto de la banda. Uno de los encargados de gestionar la adquisición de partidas de cocaína con los proveedores para posteriormente facilitarla a otros integrantes falleció durante la instrucción de la causa judicial.

Uno de los encausados actuaba como cocinero de la estructura criminal. Los narcotraficantes le entregaban la sustancia estupefaciente y los químicos para adulterarla y él los mezclaba todo para obtener mayores beneficios en su comercialización al por menor.

La Fiscalía reclama condenas que superan los 70 años de cárcel y multas que ascienden a casi 400.000 euros por delitos contra la salud pública, amenazas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a grupo criminal. El Ministerio Público ha llegado a acuerdos con las defensas de los diez acusados, que verán rebajada su pena. El juicio sigue el jueves.