Imagen de las inscripciones que hicieron en la casa semiabandonada en el Polígono de Levante.

TW
3

Volodymyr S. y Krystian J. apuntaban a lápiz en la pared las ventas que realizaban de marihuana en una casa que parecía abandonada en el Polígono de Llevant. El inmueble, un bajo situado en la calle Rector Petro, tenía la puerta tapiada, pero había un hueco con ladrillos rotos y una cortinilla que tapaba el acceso al interior. Los dos hombres, un ucraniano de 48 años y un polaco de 38, se encontraban en el interior de la vivienda el pasado 24 de octubre a las 1.50 cuando escucharon unas voces que no parecían ser clientes.

-¡Policía!

Krystian J. se asomó y se puso nervioso cuando vio a los agentes uniformados. Respondió con evasivas y se introdujo enseguida en el interior para informar a su compañero de que no se trataba de una visita de negocios ni amistosa. Los dos individuos se dirigieron a la parte trasera de la casa, que daba a un patio, y huyeron por un descampado. Los policías bordearon el inmueble y los localizaron a escasos metros tras unos matorrales. Vlodymyr S. llevaba 1.515 euros encima repartidos en diferentes bolsillos de su ropa y en varios compartimentos de una bandolera.

Los narcos que anotaban las ventas de marihuana en la pared
La casa en la que desarrollaban su actividad.
Noticias relacionadas

El ucraniano explicó a los agentes que huyó porque estaba asustado y que el dinero lo había ganado vendiendo chatarra. Los agentes notaron un fuerte olor a marihuana en el inmueble y tras detener a los dos hombres se acercaron hasta allí. Desde fuera observaron lo que parecía que era una plantación de marihuana con una gran cantidad de macetas, lámparas, cableado eléctrico colgando y entrelazado por toda la estancia, tubos de extracción de humos y una báscula.

En una de las paredes, en forma de columna algo desviada, se leía: 1.000 g, 80 g, 500 g, 700 g, 1000g, etcétera. Eran las cantidades de droga que habían vendido en los últimos días, según explican fuentes de la Policía Nacional. Krystian J., que hablaba poco castellano, explicó en inglés que vino de vacaciones a Mallorca y que se quedó a vivir en la calle.

Los agentes intervinieron la marihuana que había en la casa y realizaron el pesaje de la droga en la farmacia Gaspar Real Vicens de la calle Aragón: un kilo con 350 gramos.