El acusado, este lunes, en el juicio que se celebra en la Audiencia de Palma. | GUILLERMO ESTEBAN

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Un joven ha negado este lunes en el juicio que se celebra en la Audiencia haber violado a su expareja en marzo de 2020 Palma. «Yo estaba durmiendo y me llamó un número oculto. Sabía que era ella. Me dijo que se había peleado con sus padres y la habían echado de casa. Yo la fui a buscar y luego volvimos a mi casa. Vimos una película y tuvimos relaciones sexuales. Ella en ningún momento me dijo que no quería. Yo tampoco le insistí», ha explicado el acusado ante el tribunal de la Sección Segunda.

-¿Por qué cree que la víctima cuenta que usted la forzó?- ha preguntado la fiscal.

-No lo sé. Siempre ha sido consentido. Hemos estado tres años juntos y después de dejarlo quedábamos para tener relaciones.

El acusado y la denunciante se conocieron a través de Instagram e iniciaron una relación sentimental en septiembre de 2017. Ella tenía 14 años y él 17. «Lo nuestro no era normal, era una relación muy tóxica», ha asegurado el enjuiciado. El noviazgo prosiguió de forma intermitente hasta principios del 2020. Según recoge la Fiscalía en su escrito, tuvieron multitud de problemas y conflictos motivados por celos y actitud de control mutuos. Hubo enfados, rupturas y discusiones. Existía una fuerte dependencia emocional entre ambos.

Desde que comenzaron, según la acusación pública, mantuvieron relaciones sexuales hasta la ruptura. Una vez finalizada la relación, la chica acudió a la vivienda del joven, situada en Palma, a principios de marzo de 2020. Los dos se dirigieron a la habitación del encausado y allí empezó a realizar tocamientos a su expareja, que le manifestó que no quería mantener relaciones sexuales. El hombre, a pesar de la negativa de la víctima, la agarró de los brazos y la forzó.

Dos meses después, la denunciante llamó al acusado y ambos se desplazaron en el coche de este hasta el aparcamiento de Alcampo, donde volvieron a mantener relaciones. La chica en principio le manifestó que no quería, pero finalmente cedió.

El acusado ha respondido a las preguntas de su abogado, Tomeu Vidal, que él decidió poner fin a la relación y que ella no lo aceptó. «Siempre acababa llamándome. Cuando yo conocía a una chica ella le hablaba por Instagram y le decía que me dejase, que yo había tenido relaciones con ella», ha relatado.

La joven, que ha declarado a través de un biombo para no ver a su ex, ha explicado que el acusado la controlaba. «No me dejaba llevar falda, que se me viera el ombligo o tops. No me dejaba salir así. A veces se presentaba donde estaba yo, me agarraba y me decía que iba como una puta, que no podía ir así por la calle y que le estaba faltando el respeto porque yo era suya».

La relación, según su versión, terminó porque el joven la engañaba con otras chicas. «Aunque lo hubiéramos dejado yo quería volver con él en el fondo». Después de cortar con la relación quedaron dos veces. En marzo y en mayo de 2020. La primera vez, ha comentado la chica, el encausado la fue a buscar a su casa sobre las siete de la mañana y luego fueron a la de él.

«Nos tumbamos en la cama...». El relato de la joven se ha interrumpido porque ha empezado a llorar y su abogado ha ido a comprarle una botella de agua. «Él me empezó a decir que me quería, que tenía que estar con él, que era suya. Y yo le decía que no, que no quería hacer nada con él. Me empezó a tocar la pierna y le dije que parase...siguió insistiéndome y me dijo que paraba porque se estaba dando cuenta de que yo no quería, pero luego volvió a hacer lo mismo».

La chica ha contado entre lágrimas que su ex se puso encima suyo, le agarró de las muñecas y le bajó la ropa interior para forzarla. «Me quedé paralizada, solo quería que acabase ya. Yo me quedé en la cama tumbada, me vestí y le pedí que me acompañara a casa», ha señalado. «Yo nunca he querido denunciarle, para mí él lo era todo».

La joven ha dicho que el acusado le pidió disculpas y le dijo que no lo haría nunca más. «Yo lo he querido muchísimo, me cuesta tanto estar aquí declarando en su contra... nunca en la vida me lo hubiera imaginado». Después de la cuarentena, en mayo, volvieron a quedar porque la chica le llamó. «Me vino a buscar y fuimos a tomar un helado y luego al parking de Alcampo. Estuvimos hablando y... lo de siempre... me intentaba decir que me quería, que por qué no seguir quedando y haciendo cosas».

El procesado, según ha manifestado la denunciante, se puso en el asiento de atrás y le pidió a ella que fuera. «Empezó a tocarme y le dije que no quería, pero al final acabé cediendo. Me convenció y me obligó un poco... pero para mí me forzó. En ningún momento dije que sí, pero me dejé».

La Fiscalía reclama una condena de siete años de cárcel para el joven por un delito de agresión sexual y solicita que indemnice a la víctima con 3.000 euros por el daño moral ocasionado.