Los hechos ocurrieron después de las 23.00 horas (21.00 GMT) en el barrio de Pissevin, conocido por ser un escenario habitual del tráfico de drogas en el que se han producido varios ajustes de cuentas entre bandas. Un habitante del barrio, militar de 27 años, volvía a su casa al volante de su coche con dos sobrinos con los que había cenado en un restaurante y, cuando iba a aparcar el vehículo, fueron tiroteados.
El hombre, alcanzado en la espalda, arrancó rápidamente y se dirigió al hospital donde pudo ser atendido, aunque los médicos ya no pudieron hacer nada por salvar la vida del niño de 10 años. El otro sobrino salió indemne. Gensac insistió en que la familia no ha estado ni está relacionada con ningún procedimiento penal y habló de «víctimas colaterales» que se encontraron «en el lugar inadecuado en el momento inadecuado».
La familia -añadió- «vive una tragedia de las más absolutas». En cuanto a los autores del ataque, la fiscal reconoció que no podía decir cuántos eran, sólo que había «varios». Algunos testigos citados por la policía señalan que eran al menos cuatro que huyeron en un coche que se encontró más tarde calcinado en un barrio próximo.
Un vídeo que ha circulado en redes sociales y en sitios de información permite ver a un hombre que dispara con un fusil automático. Se ha abierto una investigación por asesinato en banda organizada y varios otros delitos.
La fiscal afirmó que hay una lucha por el territorio entre bandas que se dedican al narcotráfico, cuando se le preguntó por otro adolescente de 14 años que fue herido de bala en la noche del domingo al lunes en otro barrio de Nimes. En una primera reacción, el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, afirmó en la red social X (antigua Twitter) que este suceso «parece ser un ajuste de cuentas entre traficantes».
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