Los dos acusados, durante el juicio. | G.R.

TW
12

«Las condiciones climatológicas eran perfectas. Cuando yo empecé el fuego no había viento, entró después. Intentamos apagarlo pero ya fue imposible». Así trató de justificarse el hombre que en 2016 inició una quema de rastrojos en una finca de Cala Tuent que terminó descontrolada y afectó un total de 13 hectáreas de la Serra de Tramuntana. Este pasado jueves en una sala de lo Penal de Vía Alemania se celebró el juicio contra él y uno de sus trabajadores por un delito de incendio forestal por imprudencia grave. La Fiscalía reclama condenas de nueve meses de prisión y 1.620 euros de multa para los procesados. Un tercer acusado, también empleado del encargado, se encuentra en paradero desconocido.

El grave incendio se inició en la finca Can Lleig sobre las 17.00 horas del 10 de abril. «Todo empezó unos días antes del incendio cuando el encargado de esa parcela de la finca me pidió si podía ayudarles a quemar unos rastrojos. En un principio yo le dije que ya era imposible que era muy tarde, lo que pasa es que unos días más tarde llovió mucho y como él estaba tan preocupado por el tema, sin limpiar la finca de rastrojos no podría pasar el verano allí ni alquilarla, pues fui para allí a hacer algo», relató el primer acusado en declarar que fue el encargado de iniciar el fuego.

Noticias relacionadas

A partir de allí, tanto el encargado como su trabajador mantienen versiones muy similares de lo ocurrido: todo iba bien hasta que hubo una racha de viento. «El primer montón que quemamos salió la mar de bien. El segundo se nos descontroló. Antes de empezar llamé al 112 y justo cuando se descontroló volví a llamar», detalló el encargado. Por su parte, el trabajador aseguró que «creía que no había riesgo» y que «había muy poco viento» hasta que con la segunda quema encendida «entró una racha de viento y se creó una línea de fuego por el torrente».

Tal y como explicaron los dos acusados en el juicio, estaban provistos de dos mochilas de fumigar con agua y «un montón de garrafas» para rellenar las mochilas por si se complicaba la quema. Unos medios de prevención y extinción «totalmente insuficientes para trabajos de este tipo», según declaró en el juicio un agente del Seprona que llevó el caso. «Era un día de calor y con presencia de viento. Además, era una zona con pendiente que con el viento favoreció la rápida propagación del fuego. Tampoco tenían autorización», explicó. Poco antes de finalizar su declaración, en una respuesta a la Fiscalía, el encargado también quiso apuntar que los bomberos «tardaron muchísimo en presentarse, como dos horas y medias o tres».

El incendio se propagó con gran virulencia y arrasó unos 13.000 metros cuadrados de terreno, lo que causó daños tanto en la propiedad Can Lleig como en los terrenos de Cala Tuent S. A. Los bomberos de Mallorca, junto con efectivos del Institut Balear de la Natura, consiguieron extinguir el incendio a las 14.00 horas del 12 de abril. La Abogacía de la Comunidad Autónoma, por su parte, reclama penas de tres años de prisión para los procesados