Gerardo Pérez lleva varios meses al frente de la Brigada. | Alejandro Sepúlveda

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Está al cargo de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía en Baleares. Gerardo Pérez atiende a Ultima Hora para realizar un repaso de los temas que incumben a la Policía Judicial y que durante los últimos meses han llenado las páginas de sucesos. La actividad de los pirómanos en Palma, las okupaciones, las estadisticas de criminalidad o consumo de droga, el narcotráfico en el poblado de Son Banya, o la colaboración con la Policía Local contra el menudeo.

En primer lugar, nos podría explicar en que consiste el trabajo de la Brigada de Policía Judicial y las distintas unidades que la conforman.
—La Brigada de Policía Judicial es la segunda brigada de la Jefatura Superior de Policía por número de efectivos. Somos 140 efectivos y es la brigada que tiene como función la investigación de los delitos más graves y más importantes, que requieren investigaciones y técnicas más complejas. Está estructurada en cuatro secciones: la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, la Unidad de Droga y Crimen Organizado, y la Unidad de Atención a la Familia y Mujer.

Para empezar el repaso, la Unidad de Droga y Crimen Organizado mantiene en la actualidad una colaboración en la lucha contra el menudeo. De forma pionera, han empezado a trabajar con la Policía Local en este ámbito. ¿Cómo está funcionando?
—Yo ya tenía experiencia en este tipo de colaboraciones ya que teníamos un grupo conjunto para la investigación de los grupos organizados que se dedican al robo de turistas. El Grupo 2 de Estupefacientes desarrolla un trabajo conjunto de la Policía Nacional y la Policía Local. No es algo puntual. La sinergia es espectacular, el grupo funciona muy bien y los resultados son muy positivos. Recientemente se ha desarticulado un punto de venta en La Soledad. Se detuvieron a tres personas e incautaron más de un kilogramo de hachís. Teniendo en cuenta que se trata de un grupo dedicado al menudeo, aunque la cantidad puede parecer pequeña es una intervención muy buena. También me consta que los integrantes de este grupo están muy contentos con esta colaboración. La idea es prolongarlo en el tiempo mientras se mantengan estos resultados.

Los pirómanos. El Grupo de Atracos investiga a las personas que se dedican a quemar contenedores. Desgraciadamente es algo casi habitual en Palma.
—La investigación de este tipo de delitos es muy compleja. El número de contenedores que hay en la ciudad y lo poco que tardan estos individuos en prender un contenedor hace realmente complicada la investigación. A pesar de ello, se ha logrado a detener a muchos de ellos que han terminado entrando en prisión. Es un delito de riesgo que puede poner en peligro a los vecinos.

¿Cómo está la situación actualmente en Son Banya? Respecto al narcotráfico, parece que hay algo de calma.
—Son Banya ya no es lo que era. La presión policial, las operaciones de todos estos años, las detenciones de los cabecillas, los derribos de algunos puntos de venta. El trabajo realizado por la Unidad de Droga y Crimen Organizado ha mermado mucho la actividad allí.

Sobre los datos de criminalidad en Palma. Son algo alarmantes pero quizás no son un fiel reflejo de la realidad.
—Correcto. La Estadística Nacional de Criminalidad se basa en el número de delitos por cada mil habitantes censados. Tenemos un censo de unos 400.000 habitantes y una población flotante de otros tantos… La tasa que arroja se reduciría a la mitad si se tuviera en cuenta la población flotante.

¿Ocurre lo mismo con los datos de consumo de drogas?
—Es difícil de medir el consumo de droga. Si detectamos más droga en la calle se puede interpretar que hay más droga en la calle. Pero igual es que estamos trabajando mejor. Es complicado. Para decir que no hay drogas en un sitio bastaría con no actuar… esa estadística, además de presentar el mismo problema de la población flotante, es dificil de interpretar.

Otra problemática que les incumbe de forma directa es la okupación y las mafias okupas.
—Aquí quiero matizar un par de cosas porque hay cierta confusión entre los ciudadanos con todos los temas de okupación. Pongo un ejemplo con un caso, si una persona desgraciadamente queda ingresada en el hospital y al volver a su casa se encuentra gente en su vivienda. Eso no es una okupación, eso es un allanamiento de morada que es un delito flagrante. La policía actúa de oficio, entra en la vivienda y detienen a los individuos. Mientras lo okupado sea una vivienda, primera vivienda o segunda vivienda, no hablamos de okupación hablamos de allanamiento de morada. El problema es cuando la vivienda está vacía, tiene propietario que igual la está preparando para alquilar pero no es morada de nadie. Si entran allí, es importantísimo avisar rápidamente a la policía. Cuando la persona que ha entrado ya ha constituido allí su morada, ya no podemos actuar. En caso de que los okupas ya tenga la morada constituida y se tenga que proceder a un desahucio judicial, es recomendable instar al juez una medida cautelar de desalojo. Eso es muy importante a la hora de hacer una denuncia por una okupación. Si el juez considera que el hecho de no disponer de esa vivienda le supone un prejuicio irreparable, puede dictar una medida cautelar de desalojo.