El atracador fue grabado por las cámaras de uno de los supermercados.

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A las 20.50 horas del pasado 7 de febrero, cuando el Eroski de Lloseta estaba a punto de cerrar, un hombre que llevaba un cuchillo de cocina de 20 centímetros entró con una capucha y un pasamontañas.

-¿Dónde está el cajón? No te muevas. Dame el dinero, no te voy a hacer daño, pero dame el dinero- le dijo a una de las cajeras.

El delincuente, que también atracó el supermercado Bip Bip de Binissalem y la panadería Campins de Lloseta, ha sido condenado a cinco años y diez meses de cárcel. El hombre se declaró culpable en el juicio, el pasado martes, a través de una videoconferencia desde prisión de un delito continuado de robo con violencia e intimidación, resistencia grave a agentes de la autoridad y lesiones. El acusado deberá indemnizar al supermercado Eroski, que fue representado por el abogado Luis Moyá, con 280 euros por el dinero sustraído y a Bip Bip con 400. Además, pagará una multa de 270 euros por un delito leve de lesiones y 300 euros a tres empleadas por los daños morales ocasionados.

Condenado a casi seis años de cárcel por atracar a punta de cuchillo supermarcados de Binissalem y Lloseta

En el primer golpe la trabajadora que le atendió le condujo hasta el obrador donde se encontraban otras dos empleadas a las que exigió la entrega del dinero y se llevó 280 euros de la caja antes de huir. Una de las mujeres sufrió una crisis de ansiedad y se mareó y otra sintió gran conmoción por lo sucedido. Dos días después, sobre las 16.00 horas, el acusado se dirigió al supermercado Bip Bip de Binissalem con un pasamontañas para evitar ser identificado. Empuñaba el cuchillo de cocina que había utilizado en el asalto anterior y se dirigió a la caja.

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-Tranquila, no te voy a hacer nada- le espetó a una de las trabajadoras mientras le enseñaba el cuchillo e introducía su mano en la caja registradora y se apoderaba de 400 euros.

El 10 de febrero perpetró su último atraco. Acudió a la panadería Campins de Lloseta alrededor de las 18.45 horas y manifestó a la empleada:

-Abre la caja y no te pasará nada. Dame todo el dinero y no te pasará nada.

La víctima, ante el temor de ser agredida, le entregó 210 euros que había en la caja. El delincuente fue detenido ese mismo día por la noche por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca en la entrada de su domicilio en sa Pobla. El atracador se opuso a su arresto y se tiró al suelo provocando que los agentes también cayeran. Uno de los guardias civiles sufrió un esguince de muñeca y otro tuvo contusiones en varias rodillas. Los investigadores registraron su domicilio y localizaron las prendas que utilizó para cometer los atracos y 210 euros entre sus pertenencias. El juzgado de Instrucción número 4 de Inca ordenó su ingreso en prisión.