El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Palma el pasado septiembre. | Alejandro Sepúlveda

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El Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) ha confirmado la condena de tres años y medio de cárcel al hombre que estafó 400.000 euros a un matrimonio con diamantes africanos. El procesado ya fue sentenciado por la Audiencia Provincial de Palma en noviembre de 2022 y ahora el TSJIB ha rechazado el recurso presentado por la defensa del enjuiciado, un empresario catalán.

La sentencia de la Audiencia consideró probado que el hombre, de 71 años, «embaucó» presentándose como un empresario dedicado a la compraventa de diamantes en Sierra Leona y con importantes contactos en el país. Les ofreció participar en una inversión con gran rentabilidad «sabiendo el acusado que no llevaría a cabo ninguna actividad comercial». El procesado ya contaba con la confianza de los perjudicados ya que habían invertido una cantidad inicial en el mismo supuesto negocio y habían cobrado parte de la rentabilidad.

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El estafador dijo que no tenía liquidez con la excusa de que los diamantes de la primera inversión habían sido bloqueados en la aduana por impago de las tasas y entonces comentó al matrimonio, que fue asistido en el juicio por el abogado Mateo Cañellas, que pidieran un préstamo para seguir con el negocio de la compraventa de diamantes. El septuagenario puso en contacto a las víctimas con otra pareja, residente en Alcúdia, con la que contrajeron un préstamo hipotecario sobre la vivienda de Girona de la que ambos eran propietarios por valor de 500.000 euros. Fue el día 9 de marzo de 2012.

El matrimonio afectado entregó al enjuiciado 400.000 euros para que los destinara a la compra de diamantes. El 15 de marzo de aquel año, el acusado recibió el dinero. La sentencia sostiene que no invirtió ninguna cantidad en la compra de diamantes ni realizó ninguna operación de desbloqueo de los que supuestamente había adquirido con anterioridad y se encontraban en aduanas. El matrimonio no pudo hacer frente a los préstamos y perdió su casa en 2017. «El engaño se fue forjando desde la primera operación», indicó la Audiencia en el fallo.

El acusado, a través de un email del 4 de marzo de 2014 dirigido a los inversores, les explicó que no les contó nada del asalto porque pensó que nadie podría creerle y que todos pensarían que era una burda excusa. «A partir de aquí leemos el disparatado plan para devolver el dinero a los inversores y los proyectos que va a iniciar. Contenedores de material informático para las delegaciones de Gobierno y bancos de Gambia, proyectos agrícolas de construcción de carreteras y energéticos, venta de una obra de Leonardo da Vinci o la puesta en marcha de una planta de Pellets en Solsona», entre otros planes.