El acusado, durante el juicio celebrado en noviembre en Palma. | Guillermo Esteban

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El dueño de un pitbull que atacó a un policía nacional tras el incendio de una chabola en Son Fusteret ha sido condenado a una multa de 420 euros. El hombre, de 67 años y nacionalidad española, tendrá que indemnizar al agente con 4.227 euros por las heridas que le causó el perro y las secuelas.
El ataque se produjo sobre las 1.45 horas del 2 de agosto de 2020, según considera acreditado la sentencia del juzgado de lo Penal número 5 de Palma. Agentes de la Policía Nacional acudieron a un incendio en una chabola situada en el Camí Vell de Bunyola, frente a Son Fusteret.

Árbol

El acusado ató a su pitbull a un árbol que estaba cerca de la chabola en llamas. El animal se encontraba ladrando, muy alterado, y los policías le pidieron que lo trasladara a otro lugar alejado del incendio. En ese momento el hombre soltó el perro y se abalanzó sobre uno de los agentes al que mordió en la cara y en ambos glúteos hasta que se escapó y se ocultó entre unos matorrales.
Las heridas que sufrió el policía a consecuencia de las mordeduras del pitbull tardaron 25 días en curar. El agente tiene dos cicatrices en la frente y la nariz tras el ataque del can.

El propietario del animal aseguró en el juicio que no lo soltó. «El perro, que pesa 50 kilos, se escapó y no pude sujetarlo», contó ante la jueza. El hombre explicó que ha perdido fuerza porque tiene problemas en un brazo y que había sufrido unas puñaladas días atrás. Un testigo relató que oyó cómo uno de los policías le decía al enjuiciado que no soltara al perro, que no llevaba bozal, y que el dueño del animal decía que estaba muy nervioso. El agente de la Policía Nacional que sufrió las mordeduras explicó que pidió al acusado que cogiera al animal de forma segura, pero hizo caso omiso. El hombre lo soltó y el perro le saltó a la cara.

Imprudencia grave

La jueza indica en la sentencia que se trata de «una imprudencia grave» por parte del dueño del pitbull. Se trata de perro de gran corpulencia y considerado de raza potencialmente peligrosa. El procesado, según recoge el fallo al que ha tenido acceso Ultima Hora, «era conocedor del peligro concreto generado por la tenencia de dicho animal, que pone en riesgo específico a otros, por lo que es evidente, que se dio una absoluta falta de previsión y cuidado y un desprecio a las normas más elementales de cautela».