Brigit Yagüe, en una imagen captada durante la Copa Presidente de Estambul. | RFET

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«La verdad es que no me he enterado de nada, hasta que he visto las llamadas y mensajes en el móvil preguntándome si estaba bien», admitía ya más calmada la mallorquina Brigit Yagüe, que se encuentra en Estambul junto al equipo español de taekwondo, formando parte de su cuerpo técnico ante la disputa de un Open G-2 que no está claro que tenga lugar. «En unas horas nos dirán si seguimos adelante o no», añadía la medallista olímpica, «más tranquila» tras unas horas de incertidumbre después del duro terremoto que ha sacudido parte de Turquía y Siria.

«Aquí se han suspendido las competiciones nacionales, pero no sabemos qué pasará con la nuestra», decía horas después de competir en la Copa Presidente, en la que España logró nueve medallas. Yagüe y el resto del equipo nacional están alojados en un hotel en las afueras de Estambul, donde también tiene lugar la competición. «Al principio tienes un poco de miedo, pero estamos lejos. Hemos seguido con la rutina, pero nos han informado de que, si hubiera peligro real, nos iríamos», explicaba la triple campeona mundial y ahora entrenadora. De hecho, su marido y también técnico, Juan Antonio Ramos, abandonó horas antes Turquía rumbo a Noruega.

No puede esconder la inquietud por lo que está aconteciendo en el país, «porque ves vídeos o la televisión y te impacta. Ha sido algo muy duro. Nos dicen que mantengamos la calma», asegura, a la vez que tiene constancia de que la Federación Española de Taekwondo está en contacto con la Embajada por si hubiera alguna eventualidad.

Al estar lejos del centro de Estambul «no vemos mucho movimiento, hay tranquilidad. Apenas salimos del hotel», afirma, aunque explica que la federación turca ha habilitado para este martes unos puntos de donación de sangre para los afectados por la catástrofe, a los que han sido invitados a participar los deportistas y técnicos que tienen previsto participar en el Open G-2.