Elaid F., custodiado por dos agentes de la Guardia Civil, llegando a los juzgados de Inca. | Alejandro Sepúlveda

TW

El pasado año fue arrestado varias veces por distintos delitos sexuales, incluida una violación en Sineu. Llegó a ingresar en prisión y en el psiquiátrico, pero de nada le sirvió. Vive, según los investigadores, «obsesionado con las mujeres» y preocupado «porque no encuentra novia». Esto le lleva de forma compulsiva a atacar a féminas en la zona del Raiguer de Mallorca, hasta el punto de llegar a ser conocido como el ‘depredador sexual de Inca’. Uno de esos episodios llegará en las próximas semanas a juicio en Palma.

La Fiscalía pide para Elaid F., de nacionalidad marroquí, tres años de prisión por un delito de agresión sexual a una joven en octubre de 2021 en el municipio de Santa Maria del Camí. Cinco días más tarde acosó a otra chica por la calle y por ello la acusación pública solicita para él una multa de 2.250 euros.

A plena luz del día

El primer hecho, tal y como detalla el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación, tuvo lugar a las 10.30 horas del 12 de octubre del pasado año. El procesado, al que se le han diagnosticado problemas mentales, abordó por la calle a una mujer mientras hacía deporte y la acorraló contra la pared. Segundos después le gritó: «¡Quiero una mujer!» y a continuación «no me queréis porque soy marroquí, ¿qué pasa?».

Mientras esto ocurría el chico, de 25 años, impedía la huida de la víctima con los brazos, a la que le exigió que le diera su número de teléfono. La joven, aterrorizada, le dio uno inventado y apuntó el del agresor en su terminal. El procesado descubrió que le había engañado y enfureció y empezó a amenazarle de muerte. «Si me mientes con lo del teléfono te mato, me he quedado con tu cara», le dijo. En ese momento un vecino observó la escena y rescató a la chica, a la que introdujo en su coche. El imputado, lejos de desistir, se lanzó encima del vehículo y logró abrir una puerta, cogiendo del brazo a la víctima, a la que llegó a golpear en la cara.

Cinco días después de este episodio, el 17, minutos antes de la medianoche, y con las calles casi desiertas, siguió a una joven durante varios minutos, primero a cierta distancia y hasta colocarse a un metro de ella. La chica, temiendo por su integridad física, se dirigió hasta un lugar donde había gente y le acompañaron a su domicilio.