La Policía Nacional detuvo al peligroso delincuente en la Platja de Palma.

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Parecía un angelito, pero no era oro todo lo que relucía. De hecho, era todo un santo de día y un demonio de noche. El pasado jueves, agentes de la Policía Nacional detuvieron a un argelino, de 28 años, acusado de asaltar con extrema violencia a un turista en la Platja de Palma. El germano, que regresaba a su hotel con una buena cogorza y con problemas serios para mantener la verticalidad, fue atacado por el ladrón. Lo primero que hizo fue darle un botellazo por la espalda para mermara aún más su facultades para acto seguido robarle su teléfono móvil de alta gama. Una patrulla policial consiguió interceptar al delincuente y proceder a su detención.

Gracias a los efectos intervenidos al ladrón, se logró esclarecer otro robo violento ocurrido en la misma franja horaria que el anterior. En esa ocasión, se produjo en primera línea. La investigación seguía avanzando y, de forma paralela, las víctimas iban recuperando sus pertenencias. En uno de los robos, el argelino no dudó en arrancar de un tirón una cadena, robar objetos de valor, móviles y relojes a sus víctimas, etc. El problema es que para hacerlo no dudada en dar auténticas palizas a los turistas.

La sorpresa fue mayúscula cuando la sala del 091 alertó de que el ahora detenido ya había sido arrestado, el domingo 13 de octubre, cuando llegó en patera de forma irregular en el país. En aquella ocasión, al ser catalogado como persona vulnerable porque llegó con mujer e hijos, la administración les dio cobijo y ayuda. El hombre, que era todo un santo durante el día, aprovechaba las noches para salir del centro de acogida y dar palizas a turistas para robarles. A Dios rogando y con el mazo dando. El juez de guardia decidió enviar a prisión al ‘demonio' de la noche de Platja de Palma.