Los agentes de la Guardia Civil cortaron una calle del puerto e identificaron a numerosos conductores, en busca de sospechosos.  | Michel's

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Llevan bolsos en bandolera, chanclas y gorras de béisbol. Y supuestamente disfrutan de la panorámica del Port d’Andratx. En realidad, sin embargo, son ladrones «infiltrados» que se hacen pasar por turistas y que van a la caza de extranjeros con alto poder adquisitivo. Para evitar estos robos, y ante la escasa plantilla de la Policía Local, la Guardia Civil está intensificando los controles en la zona. «Uno de los objetivos más preciados son los alemanes o nórdicos que llevan un reloj Rolex en la muñeca. Primero lo vigilan a distancia y después lo abordan con la excusa de preguntarle algo y le arrebatan la pieza en cuestión de segundos», contó ayer una fuente policial.

Desde la Comandancia palmesana se han puesto en marcha una serie de controles para prevenir la delincuencia. Uno de ellos tuvo lugar esta semana y participaron numerosos agentes. Cortaron una de las calles principales de acceso al puerto e identificaron a numerosos conductores, en busca de carteristas, tironeros y ladrones de relojes de lujo. También buscaron droga en los vehículos, ya que el trapicheo se dispara en los meses de verano.

La escasa plantilla de la Policía Local ha provocado que la Benemérita tenga que intensificar los operativos.

En muchas ocasiones, los delincuentes van en pareja: un hombre y una mujer que simulan ser un matrimonio que pasea por aquel enclave idílico. Ella suele ser la que recaba la información, de forma sutil, y el varón, si se deciden a dar el golpe, el que lo lleva a cabo. Aparcan en el párking de la entrada y luego huyen en dirección a Palma.

El apunte

Los operativos tienen que ser rápidos para evitar que se alerte por las redes sociales

Hoy en día, las redes sociales han obligado a modificar las técnicas policiales. Con los controles, por ejemplo, la Guardia Civil tiene que ejecutarlos muy rápidamente, casi relámpagos, para que los delincuentes no se puedan alertar a través de mensajes del teléfono móvil. En otros casos, sin embargo, los investigadores son conscientes de que los hampones están al corriente de lo que está ocurriendo en la entrada del puerto pero prefieren que sea algo notorio y visible, por el efecto disuasorio que tiene. «Si un carterista es avisado de que estamos en el Port haciendo controles, es muy probable que ese día se lo piense dos veces antes de intentar robar allí».