El condenado, de blanco, durante la vista celebrada en mayo en un juzgado de Vía Alemania. | Juan P. Martínez

TW
0

El comercial turístico que fue juzgado el pasado mes de mayo en una sala de lo Penal de Vía Alemania ha sido condenado a dos años de prisión y al pago de una multa de 1.440 euros como responsable de un delito de descubrimiento, revelación y violación de secretos de empresa. El procesado, asistido por el abogado Agustín Aguiló, finalmente no deberá indemnizar a su antigua empresa con 280.000 euros, tal y como solicitaba la acusación particular.

Junto a él se sentó en el banquillo de los acusados el empresario que lo contrató poco después de abandonar su puesto de trabajo. Este ha sido absuelto al considerar la magistrada que durante la vista no quedó «debidamente acreditado que hubiese utilizado los datos» que su nuevo empleado se había descargado de su exempresa. Para él, la acusación particular pedía una indemnización económica por el perjuicio causado y suspender la actividad de su negocio durante dos años.

Juicio

Durante el juicio, que tuvo lugar en una sala de lo Penal número 2 de Palma, el principal acusado, que actualmente no ejerce en el sector, reconoció abiertamente los hechos. «Me descargué los ficheros en los que tenía datos de empresas y personas que trabajaban en ellas. Todo ello me lo llevé a mi nuevo trabajo y los utilizamos», explicó. El empresario que contrató sus servicios negó ese extremo. «Cuando lo contratamos no sabía nada de los datos que traía. No nos hacía falta esa información», dijo. Asimismo también añadió en su declaración que su empresa no era competencia de la otra. «Somos complementarios, no nos dedicamos exactamente a lo mismo», zanjó.

La jueza expone en la sentencia que no quedó demostrado tras la declaración de todos los testigos citados en el juicio que la empresa que denunció lo ocurrido «haya perdido clientes ni que se le haya causado un perjuicio económico», tal y como sostenía la acusación particular.