Imagen de dos agentes.

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Era una buena peluquera, pero tenía las manos muy largas. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía han detenido a una mujer en Palma acusada de robar de la caja y espiar el móvil de su jefa. El arresto de la peluqera, de 40 años y nacionalidad española, se produjo el pasado 28 de abril, pero los hechos delictivos se remontan casi dos años antes. De hecho, la propietaria del salón de belleza y peluquería desconoce con exactitud la fecha en la que comenzaron los robos.

La propietaria del local se percató de que la caja registradora pocas veces cuadraba a la hora de hacer el arqueo de contabilidad del día. Por ese motivo, comenzó a investigar por su cuenta. No tardó en darse cuenta hablando con las trabajadoras y con algunos clientes de confianza que quien le estaba robando el dinero era una de sus empleadas. El modus operandi consistía en quedarse directamente el dinero de los servicios de corte de pelo que le daba el cliente sin pasar por caja, o cogerlo directamente del cajetín del efectivo.

Ante estas evidencias y la declaración de varios testigos, la dueña del local acudió a la comisaría de Oeste (s’Escorxador) donde interpuso la pertinente denuncia. Los agentes, una vez corroborada toda la información, toma de declaraciones de clientes, propiedad y empleadas, procedieron a la detención de la peluquera.

Además, la extrabajadora no dudaba en espiar las conversaciones privadas de WhatsApp de su jefa cuando ésta dejaba su teléfono móvil sobre la mesa. La arrestada está acusada, además del hurto continuado, de un delito contra la intimidad por mirar conversaciones sin permiso.