Agentes de la Policía Nacional arrestaron al hombre poco después de que el perjudicado interpusiera la denuncia por lo ocurrido. | Alejandro Sepúlveda

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Acababa de acompañar a sus hijas pequeñas a coger el autobús para ir al colegio. Eran poco más de las 8.30 horas del pasado lunes. Al regresar a su casa, ubicada en el centro de Palma, observó a escasos metros de su puerta a un hombre desconocido, acompañado de una mujer, con una jeringuilla haciendo el gesto de pincharse en un brazo. El vecino le recriminó la acción, le dijo que se marchara de allí y minutos después estuvo a punto de ser atropellado por el mismo varón. El perjudicado denunció los hechos ante la Policía Nacional y con los datos facilitados a los agentes, el sospechoso fue arrestado horas más tarde. El martes pasó a disposición judicial y tras prestar declaración ante el magistrado de guardia quedó en libertad con cargos.

Según fuentes judiciales, el altercado tuvo lugar poco después del reproche del denunciante al arrestado. Cuando parecía que el asunto no iba a pasar de un intercambio de improperios, el sospechoso regresó al lugar a bordo de un Peugeot 206. Se dirigió hacia el vecino acelerando de forma brusca como si fuera a atropellarlo. Asimismo le amenazó con la jeringuilla en la mano diciéndole que le iba a matar.

Tras este episodio, el sospechoso se marchó del lugar, no sin antes advertirle de que iba a volver para acabar con su vida. El denunciante grabó toda la escena con la cámara de su teléfono móvil y dichas imágenes fueron aportadas a la Policía Nacional. Los agentes detuvieron poco después al hombre, que tras prestar declaración ante el juez quedó libre. Eso sí, con la prohibición de no acercarse al perjudicado a menos de 100 metros.