Incendio de una vivienda en Ciutadella. | Josep Bagur Gomila¶

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Los incendios o explosiones acabaron con la vida de 164 personas el pasado año, una menos que en 2019. De ellas, 119 tuvieron lugar en los hogares, que registraron una media de 47 fuegos diarios, principalmente causados por el mal uso de enchufes y regletas. Son datos hechos públicos este miércoles por la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos, incluidos en el Estudio de Víctimas de Incendios en España, que recoge 123.800 fuegos o explosiones entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, un 4 % menos que el año anterior. Dichos incendios produjeron 164 fallecidos, una víctima menos que en 2019, según el balance que destaca la baja incidencia de muertes durante los meses de confinamiento, es decir, entre marzo y abril, en los que se registraron las cifras más bajas de fallecimientos por fuego en el hogar de los últimos años.

Por primera vez, no son los mayores de 64 años los más afectados en el cómputo total de víctimas por incendio. De hecho, es el grupo de edad de entre 30 y 64 años, el que más fallecidos concentró el año pasado (47 %) y, más en concreto, la franja de 50 a 54 años, que rompe la pauta histórica y que en 2020 acumuló 21 muertos. En las viviendas, en concreto, se produjeron 119 fallecidos (6 menos que en 2019) -sobre todo por inhalación de humo y quemaduras- en 17.037 incendios, un 13 % menos que un año antes y lo que representa una media diaria de 47 fuegos.

En este caso, las víctimas son en mayor medida en hombres (68 fallecidos) y mayores de 64 años (49 %). El informe señala que no se puede hablar aun de una tendencia a la baja, ya que, a pesar de los datos positivos de los meses de confinamiento, el arranque de año no ha sido muy esperanzador, ya que durante enero y febrero se han producido 38 víctimas mortales en el hogar, un 27 % más con respecto al mismo periodo que en 2020. El 60 % de los fallecidos perdieron la vida en los meses de enero a marzo y de octubre a diciembre, los más fríos, lo que constata que la mortalidad por incendios está directamente relacionada a las bajas temperaturas y al uso de los sistemas de calefacción.

En el hogar, los incendios se producen principalmente los sábados, más entre las 4 y las 8.00 de la mañana, razón por la cual los expertos recomiendan instalar detectores de humos. Las viviendas que se encuentran dentro de un bloque de edificios son las que sufren más fuegos, especialmente las de la primera planta, y es el salón la estancia en la que se origina el mayor número de incendios. El peor índice de 2020 se repite en los municipios más pequeños, de menos de 1.000 habitantes, que tienen una tasa de 7,6 muertos por millón, frente a los 3 de las ciudades con más de 500.000 habitantes. Los incendios y explosiones en viviendas se originaron principalmente por el uso inadecuado de enchufes, regletas y baterías (23 víctimas), seguido de radiadores, estufas y braseros (11). Además, hubo 6 muertes por fumar y cinco como consecuencia de cocinar. Por comunidades autónomas, la mayor parte de fallecidos en incendios en los hogares se localizaron en Andalucía (22), Cataluña (18), Comunidad Valenciana (15) y Castilla La Mancha (14). En Baleares tres personas perdieron la vida en este contexto en 2020, un 2,5 % del total de víctimas mortales de España.