La Guardia Civil, en el terreno.

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El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil ha imputado a un hombre de nacionalidad española que desforestó una finca protegida de Llucmajor y mató a numerosas tortugas que se encontraban en aquella propiedad.

El individuo está acusado de un delito contra los recursos naturales. En concreto, deforestó dos hectáreas de terreno, a sabiendas de que no podía hacerlo y que estaba cometiendo un delito.

Agentes de Medio Ambiente del Govern y guardias civiles inspeccionaron aquellos terrenos, apoyados por perros especializados en la búsqueda de cebos envenenados y restos de animales. Tras reconocer la propiedad, se hallaron varias tortugas mediterráneas (Testudo Hermanii) muertas, aunque todo apunta a que fueron muchas más las víctimas de la acción de la maquinaria pesada utilizada para la roturación del terreno.

Los investigadores creen que el hombre despejó el terreno sin autorización para la siembra de vid.